Este incidente se asemeja al ocurrido en junio, cuando las autoridades australianas descubrieron una carga de 800 kilos de cocaína oculta en el casco de un barco mercante que había transitado por Uruguay, San Lorenzo y La Plata
Un buque mercante procedente de San Lorenzo, Argentina, ha vuelto a acaparar la atención mundial después de que la Policía de Melbourne informara sobre el hallazgo de aproximadamente 200 kilos de cocaína escondidos en un compartimento del casco de la nave, valuados en unos 80 millones de dólares.
Este incidente se asemeja al ocurrido en junio, cuando las autoridades australianas descubrieron una carga de 800 kilos de cocaína oculta en el casco de un barco mercante que había transitado por Uruguay, San Lorenzo y La Plata.
Según el comunicado de las autoridades australianas, los agentes de la Fuerza Fronteriza Australiana utilizaron un vehículo submarino operado a distancia (ROV) para inspeccionar el barco en la terminal Maribyrnong de Melbourne el 9 de agosto. El buque había viajado desde Argentina, haciendo escala en Nueva Zelanda.
La Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar) y la Aduana Argentina están trabajando en el caso, investigando este método de operación. Aunque la principal hipótesis sugiere que la contaminación de la droga podría haberse llevado a cabo en Brasil.
El buque en cuestión, el Chemstar Sapphire, hizo escala en el puerto de San Lorenzo a principios de julio y luego en Campana y Quequén. Sin embargo, también permaneció en el puerto de Santos (Brasil) y Montevideo (Uruguay) durante 12 días.
Este último caso se vincula con otro suceso de gran impacto ocurrido en mayo de 2022. En ese momento, en las costas de Newcastle, Australia, apareció el cuerpo de un buzo brasileño junto a 50 kilos de cocaína flotando cerca de él. Se cree que esta droga viajaba adherida al fondo del buque cerealero Areti, que provenía de San Lorenzo, Argentina. Las autoridades australianas confiscaron poco más de 50 kilos, aunque se estima que el cargamento era de 300 kilos.
Estos eventos han generado preocupación y atención internacional, subrayando la necesidad de una mayor vigilancia en los puertos y el comercio marítimo para combatir el tráfico de drogas.