El 18 de septiembre es el Día Internacional de la Igualdad Salarial, que tiene como finalidad resaltar la importancia de lograr la igualdad de remuneración como un hito importante para los derechos humanos y la igualdad de género
Por: Javier Elena/ Télam
Desde 2019, la ONU conmemora los 18 de septiembre como el Día internacional de la igualdad Salarial, con el objetivo de visibilizar «la persistencia de la desigualdad histórica y estructural de las relaciones de poder entre las mujeres y los hombres, la pobreza y las desigualdades y desventajas en el acceso a los recursos y las oportunidades, que limitan la capacidad de las mujeres y las niñas».
En Argentina, la brecha salarial se ubica cerca del 28% (Ministerio de Economía, 2023) (1). «Ese número no es que dice que a mismo trabajo se le está pagando distinto a un varón que a una mujer, sino que en promedio los hombres ganan más que las mujeres», plantea Carolina Villanueva, directora y co-fundadora de Grow-género y trabajo, «y esto se debe a que los varones trabajan más, y en sectores más dinámicos de la economía».
Aclaramos que hablamos en términos binarios, de hombres y mujeres cis, ya que no se cuenta con datos sobre personas trans y no binarias, que a su vez, en muchos casos están expuestas a situaciones de extrema vulnerabilidad.
Los varones trabajan más
Aunque es evidente que en las últimas décadas las mujeres se han incorporado al mundo del trabajo, la tasa de participación laboral es del 70% entre varones, mientras que en mujeres se ubica en el 50% (Indec 2022) (2). Esta brecha se mantiene sin demasiadas variaciones desde hace 10 años, lo que demuestra que al día de hoy se sigue sosteniendo una división sexual del trabajo que asigna a las mujeres -en mayor medida- las tareas relacionadas con lo doméstico.
Esto se termina de observar cuando analizamos la distribución total del tiempo dedicado a las diferentes tareas. Según la última Encuesta nacional de uso del tiempo (Indec 2022) (3), los varones trabajan de forma remunerada -en promedio- algo más de 9 horas diarias, mientras que las mujeres le dedican unas 7 horas y media a estas actividades. Por el contrario, si vemos el tiempo dedicado al trabajo no remunerado (tareas domésticas y de cuidado), las mujeres dedican en promedio 6 horas y media, casi 3 horas más que los varones. En síntesis, el tiempo que se destina a ocuparse del hogar, es tiempo que no se dedica al desarrollo profesional.
Y en sectores más dinámicos
Al mismo tiempo, los estereotipos de género influyen de manera notoria en la inserción laboral. De esta manera, las mujeres suelen predominar en sectores vinculados al servicio, que en nuestro país no son los que ofrecen mejores condiciones. El caso más evidente es el del servicio doméstico, uno de los trabajos más precarizados, y en el que las mujeres representan el 96%. La enseñanza es otro sector feminizado, en donde las mujeres son el 72% (aunque se concentran fundamentalmente en educación inicial y primaria), y en el sector de salud, donde representan el 68% según datos del Indec. La contracara de la feminización de estos sectores es que en otros predominan los varones, como puede ser el sector tecnológico, con trabajos mejor remunerados.
La brecha salarial es la muestra más evidente de las desigualdades de género en el mundo laboral. Es por eso que acompañamos a las organizaciones en sus procesos de transformación, diseñando las políticas necesarias para promover espacios inclusivos, justos e igualitarios.
(2) ttps://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/mercado_trabajo_eph_3trim22F4483A3158.pdf
(3) https://www.indec.gob.ar/ftp/cuadros/sociedad/enut_2021_resultados_definitivos.pdf
*Javier Elena es coordinador de proyectos de Grow, género y trabajo, organización cuyo propósito es generar espacios de trabajo diversos, inclusivos y libres de violencia.