Por Mayra García - Noticias Argentinas
Por Mayra García – Noticias Argentinas
Luego de semanas de vacilación tras el sacudón que dio Javier Milei en las PASO, el ministro de Economía, Sergio Massa, parece haberle encontrado la vuelta al segundo tramo de la campaña, con el acompañamiento de las provincias y la reaparición del kirchnerismo.
Si bien la vicepresidenta Cristina Kirchner sigue con perfil bajo y no hay planes -al menos por ahora- de cambiar eso, Máximo Kirchner volvió a mostrarse activo y con un rol participativo, más acorde al papel que debe tener un primer candidato a diputado nacional del principal distrito electoral del país.
En los distintos sectores de Unión por la Patria coinciden en que las conversaciones con los intendentes y gobernadores de las últimas semanas empezaron a surtir efecto.
«No fue un reto, pero sí hubo un análisis de lo que pasó y cómo hacer de aquí en adelante», explicó a NA un ex ministro nacional con participación en la campaña de Massa sobre las charlas del candidato presidencial con todos los mandatarios provinciales que sacaron más votos que él en sus comicios locales.
Mirando para atrás en los últimos días, el líder del Frente Renovador consiguió apoderarse de la agenda política y poner a sus adversarios a discutir sobre la reducción del Impuesto a las Ganancias, algo que hacía tiempo no lograba, ya que la agenda de temas a discutir la venía marcando Milei.
Más allá de las críticas a las medidas económicas por su perfil «electoralista», en el oficialismo entienden que se trata de una posibilidad de mostrar a Massa como un dirigente «con capacidad de gobernar».
«Massa está llevando adelante una campaña racional, sin exabruptos ni cometiendo errores. Se está mostrando como un presidenciable con capacidad para gobernar y ha estado tomando decisiones importantes. Muestra la centralidad de un presidente en ejercicio», analizó un dirigente con llegada al Gobierno.
Y amplió: «A decir verdad, objetivamente nosotros no deberíamos tener ninguna chance de ganar las elecciones, cuando nuestro candidato es el ministro de Economía de un país que tiene una inflación del 125% anual, pero la Argentina es tan compleja que nunca se sabe lo que puede suceder».
A esa imagen que busca dar el ministro de Economía, también se sumó esta semana el respaldo de los sectores sindicales y de los movimientos sociales oficialistas, que el jueves le armaron un acto en el microestadio Malvinas Argentinas repleto.
Además, la CGT ya comprometió su movilización para el martes en el Congreso con doble función: respaldar el proyecto de Ganancias que se medirá en el recinto y bancar a Massa.
«Hoy vemos a Massa más rodeado, más acompañados, lo vemos más candidato. Está hablando más seguido incluso», destacan en el entorno del candidato de Unión por la Patria.
El voto bronca tiene un límite
En las filas del oficialismo eligieron dejar de mirar la fotografía del 13 de agosto y apostar al optimismo. Moderado optimismo, pero optimismo al fin. Cambiar el chip y convencerse de que Unión por la Patria está competitivo para entrar al balotaje.
La clave estará en cómo se llega a esa segunda vuelta. «Un 35/30 por ciento estaría bien para nosotros, quedar a no más de 6, 7 puntos de Milei. El tema es que no quede la sensación de que la elección está resuelta o es cosa juzgada de cara a la segunda vuelta», consideró una fuente de UxP.
Llegar al 22 de octubre es un camino difícil y en él Massa no puede permitirse equivocaciones. Puertas adentro del Palacio de Hacienda, se interpretó la victoria del libertario como una muestra del enojo que mastica la sociedad tras un gobierno que no logró cumplir las expectativas.
«Fue un voto bronca, pero el voto bronca tiene un límite», evalúan cerca de Massa y esperan que la del 22 de octubre sea una elección más racional.
En cuanto a Patricia Bullrich, consideran que su figura quedó desdibujada después de las primarias y tiene problemas para retener el voto del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
«Esos moderados podrían venir con nosotros o ir al voto en blanco. El voto en blanco nos viene bien, pero si nos terminan votando a nosotros mucho mejor», agregan.
¿Dé dónde salen los votos?
Esta semana el observatorio de Psicología Social Aplicada (OPSA) de la Universidad de Buenos Aires difundió un estudio sobre el comportamientos de los votantes de cada uno de los candidatos que superaron la instancia de PASO.
Mientras Milei retiene casi todo su porcentaje, Bullrich tiene fugas de votos, ya que un 14% se iría al libertario.
La cuenta de Unión por la Patria pone en ojo en los que eligieron al jefe de Gobierno porteño, que según el sondeo en un 63% quedarán en Juntos por el Cambio, pero un 10% se irá con Massa y un 9% con Milei.
El informe estimó que de los votantes de Juan Schiaretti, un 31% volverán a apostar por él, pero un 21% se irá con Massa y un 15% con Bullrich.
El oficialista también recogerá sufragios del Frente de Izquierda, ya que se quedaría con el 31% de los votos que sacó Myriam Bregman en las primarias. Del voto en blanco Massa también es el postulante que saca más rédito, quedándose con el 20%.