Jorge Knoblovits, titular de la entidad, apuntó contra el músico británico por su discurso en un show que dio en Berlín en mayo pasado. Advirtió que si hace lo mismo en nuestro país, “tiene que ser detenido y sometido a proceso como cualquiera”.
«Si Roger Waters comete un delito en la Argentina, va a tener las consecuencias que correspondan. Tiene que ser detenido y sometido a proceso como cualquiera”. Así se expresó el presidente de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), Jorge Knoblovits, en un furioso descargo contra el músico británico Roger Waters, que se presentará en el estadio de River, el 21 y el 22 de noviembre próximo.
Su advertencia surge a raíz de “los discursos de odio antisemitas”, que, según el titular de la entidad, promueve el cofundador de Pink Floyd. El antecedente más cercano se registró en un show en Berlín que el artista dio el 17 de mayo pasado.
Knoblovits brindó estas declaraciones en el marco de una charla de “sensibilización sobre antisemitismo, comunicación y cultura”, de la que participaron periodistas y profesionales del ámbito judicial en la sede del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi), en Avenida de Mayo 1401.
“La Argentina es un país particular, especialmente distintivo. La matriz de convivencia que tiene no la tiene casi ningún país del mundo. El Inadi articula estas cuestiones junto con la DAIA y otras comunidades, para que nuestra convivencia no esté alterada por ningún factor, en este caso como Roger Waters, que es un propagador del discurso de odio”, indicó.
En el encuentro se mostraron imágenes del show que dio el artista en mayo pasado en el Mercedes-Benz Arena de Berlín. Allí, Waters fue acusado y cuestionado por la comunidad judía tras usar un atuendo de estilo nazi durante el concierto: un abrigo largo negro y un brazalete rojo con dos martillos negros cruzados sobre un círculo blanco, un atuendo que usó ya en otros espectáculos. Los símbolos son los que aparecen en el vestuario de la película de 1982, The Wall, basada en el álbum de Pink Floyd que lleva el mismo nombre.
Además, durante el espectáculo, el artista apuntó a los espectadores con una ametralladora de utilería y también aparecieron en una pantalla los nombres de varias personas fallecidas, entre ellos, el de Ana Frank, la adolescente judía que murió en un campo de concentración nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Lucir símbolos, banderas y uniformes nazis está prohibido en Alemania. Sin embargo, la ley permite excepciones por razones artísticas y educativas.
“Estamos investigando por sospecha de incitación al odio público, porque la ropa usada en el escenario podría usarse para glorificar o justificar el gobierno nazi, perturbando así la paz pública”, dijo, en su momento, el portavoz policial Martin Halweg. Y agregó: “La ropa se parece a la de un oficial de las SS”.
Tanto el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel y distintas organizaciones judías también cuestionaron al músico por el show.