En Nueva Delhi se juntarán los principales líderes del mundo, aunque con las ausencias de los presidentes de Rusia y China
Por Camil Straschnoy – Télam
India será sede este fin de semana de una cumbre de líderes del G20 dividida, sin la presencia de los presidentes de Rusia y China, y en medio de fuertes discrepancias entre los países del bloque por temas que van desde la guerra en Ucrania, el funcionamiento del sistema financiero global y la reestructuración de las deudas externas.
El Kremlin confirmó la ausencia de Vladimir Putin hace dos semanas, aunque esa información no sorprendió ya que el mandatario tampoco asistió a la cita del año pasado en Bali (Indonesia) y su participación en la reciente reunión del Brics en Sudáfrica fue virtual, ante el riesgo de ser detenido por la orden de la Corte Penal Internacional (CPI) en la causa que investiga la deportación de niños en zonas ocupadas de Ucrania.
Como ocurrió en todos los foros internacionales desde la invasión rusa hace más de 18 meses, será el ministro de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, el que represente a Moscú.
Por su parte, China no dio explicaciones sobre la ausencia de Xi Jinping en la cumbre del 9 y 10 de septiembre en Nueva Delhi y se limitó a decir que el primer ministro Li Qiang encabezará la delegación en la cita de las 20 principales economías, entre ellas la Argentina, que en conjunto suman el 85% del PBI mundial.
Pero las especulaciones, tanto de diplomáticos occidentales como de la prensa, es que la decisión está vinculada principalmente a la tensión diplomática que generó la publicación de un mapa oficial en el gigante asiático que demarca como propios varios territorios en disputa de soberanía con India.
Quedará por ver cómo las ausencias de Putin y Xi repercuten en el clima de los principales debates de los dos días, que incluyen la situación en Ucrania, el sistema financiero global, el cambio climático, la reestructuración de las deudas externas y la creciente disputa entre Estados Unidos y China por cuestiones comerciales y de influencia política en la región del Indo-Pacífico.
“La cumbre del G20 en Nueva Delhi es una de las más importantes y divisivas que los líderes del bloque hayan celebrado jamás”, definió en declaraciones a Télam John J. Kirton, docente de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales en la Universidad de Toronto.
“Deben confrontar una combinación sin precedentes de crisis interconectadas que van desde la elevada inflación, los tipos de interés y la deuda, el aumento de la inseguridad energética, alimentaria y sanitaria, y el descenso del crecimiento y la estabilidad financiera en China, hasta la guerra de Rusia contra Ucrania y, sobre todo, la emergencia climática con el récord de calor y los mortíferos fenómenos meteorológicos extremos en todo el mundo”, añadió el director del Grupo de Estudios del G20 en esa casa de estudios canadiense.
El presidente Alberto Fernández impulsará en el foro la necesidad de rediscutir la arquitectura financiera global, los desafíos ambientales y cuestiones como la inseguridad alimentaria y energética que atraviesa el planeta, indicaron fuentes oficiales.
América Latina estará representada también por el mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, cuyo país asumirá la presidencia del G20 en diciembre, en lo que es el regreso del líder del Partido de los Trabajadores a este foro tras la gestión de Jair Bolsonaro.
Mientras que ante la ya repetida decisión de Andrés Manuel López Obrador de no viajar a estas citas multilaterales, la delegación de México estará encabezada por la secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, y la subsecretaria de Relaciones Exteriores, Carmen Moreno, confirmaron a Télam fuentes de ese Gobierno.
Tampoco estará el líder de Ucrania, Volodimir Zelenski, que el año pasado participó por videoconferencia, ya que para esta edición India decidió no incluirlo en la lista de invitados que sí incluyen a España, Países Bajos, Bangladesh, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Mauricio, Nigeria, Omán y Singapur.
La condena a la guerra es justamente el mayor escollo para lograr una declaración final consensuada, lo que sí se consiguió en Bali, con aguas divididas entre las potencias occidentales representadas en el G20 por los líderes de Estados Unidos (Joe Biden), Reino Unido (Rishi Sunak), Francia (Emmanuel Macron), Alemania (Olaf Scholz), Italia (Giorgia Meloni), Canadá (Justin Trudeau) y la Unión Europea (Ursula von der Leyen) y la postura que defienden Rusia y China.
“China se unió a Rusia en el veto a los comunicados plenamente consensuados en las numerosas reuniones ministeriales del G20 que se celebraron. Pero la ausencia de Xi aumenta las posibilidades de un comunicado consensuado en Delhi”, indicó Kirton, que elogió la experiencia que tiene el primer ministro indio, Narenda Modi, para acercar posiciones.
“Incluso si Rusia y China fuerzan que los párrafos sobre la agresión rusa a Ucrania se publiquen como una declaración de la presidencia del G20, estarán rodeados de un comunicado de consenso mucho más amplio, que contendrá muchos compromisos y hará de la cumbre un éxito significativo”, opinó.
“Unir a los países occidentales y a Rusia en una plataforma común para resolver el conflicto ruso-ucraniano es pedir mucho, aunque el primer ministro Modi insistió en que los conflictos en diversas regiones deben resolverse mediante el diálogo y la diplomacia”, afirmó por su parte Santosh Kumar, profesor de Estudios Internacionales en la Universidad Central de Punjab (India).
“La economía internacional sufrió mucho debido a las limitaciones de la cadena de suministro a causa de la guerra. Por lo tanto, habrá una intensa presión para que se produzca un desarrollo constructivo hacia la resolución de la guerra”, agregó en declaraciones a esta agencia.
Modi intenta usar la presidencia del G20 para superar sus fracturas, en sintonía con la idea de armonía que se refleja en las creencias del hinduismo, la principal religión de India, y que también se observa en el eslogan elegido para encabezar el foro: “Un Planeta, una Familia, un Futuro”.
Esos esfuerzos no siempre tuvieron éxito en las citas ministeriales previas a la cumbre de líderes de este fin de semana, incluidos los intentos de reestructuración de las deudas externas y los choques de precios de productos básicos tras la invasión a Ucrania.
A modo de ejemplo: una reunión de ministros de Energía del G20 en julio no logró definir una hoja de ruta para eliminar gradualmente los combustibles fósiles y ni siquiera mencionó el carbón, pese a los reclamos de organizaciones ambientales sobre la necesidad de una acción urgente contra el cambio climático.