Además advirtió que no es correcta la hipótesis de que la mayoría de los precios están fijados al tipo de cambio oficial
El ex ministro de Economía, Domingo Cavallo, estimó que un plan de estabilización exitoso provocaría que a largo plazo el tipo de cambio real se ubicaría más cerca del valor oficial que el que rige en el mercado paralelo, con los consecuentes ajustes por inflación.
Además consideró que no es correcta la hipótesis de que la mayoría de los precios de la economía están fijados al tipo de cambio oficial.
Cavallo fijó su punto de vista en un artículo que publicó en su blog personal.
Tras hacer un análisis de la evolución de los precios de la canasta familiar en Estados Unidos y en la Argentina, el ex funcionario de Carlos Menem, señaló: “Tiendo a pensar que el tipo de cambio sostenible en el largo plazo en una economía argentina estable y bien organizada estaría más cerca del tipo de cambio oficial de hoy que del tipo de cambio libre”.
“Es precisamente esta opinión la que me lleva a pensar que, con un desdoblamiento formal, libre movimiento de capitales en el segmento libre del mercado cambiario y el tipo de cambio oficial, transformado en comercial, ajustándose según un crawling peg pasivo, mientras se avanza hacia la nueva organización de la economía, el tipo de cambio libre tendería a aproximarse al tipo de cambio comercial”, añadió.
Cavallo sostuvo que “este tipo de trayectoria hacia la unificación y liberalización total de mercado cambiario minimizaría el costo recesivo que, lamentablemente, siempre va asociado a la lucha contra la inflación cuando todavía no se ha logrado quebrar la inercia inflacionaria y estabilizar el tipo de cambio”.
El ex ministro inició su explicación apuntando directamente a las consecuencias de la devaluación que aceptó el gobierno.
“El salto cambiario decidido por Sergio Massa, aparentemente a instancias del FMI, tuvo la virtud de demostrar dos cosas importantes: a) que el traspaso a los precios es prácticamente inmediato y b) que la brecha entre el tipo de cambio oficial y el tipo de cambio libre (Contado con liquidación o blue) se mantiene prácticamente sin cambios”, remarcó.
En consecuencia, enfatizó que “estas dos observaciones desmienten la idea de que la mayoría de los precios ya están alineados al tipo de cambio libre”.
Para Cavallo “se trata de una observación importante tanto para quienes proponen un sistema bi-monetario, como para quienes proponen una dolarización completa de la economía. Ambas como instituciones monetarias alternativas de la nueva organización económica de la Argentina”.
Por tanto, advirtió que “la reciente experiencia con el salto devaluatorio decidido por Sergio Massa debería servir para admitir que antes de que se puedan poner plenamente en marcha cualquiera de los dos sistemas monetarios que hoy proponen Patricia Bullrich y Javier Milei, se necesita avanzar hacia la unificación y liberalización del mercado cambiario en forma no traumática, es decir, sin un salto devaluatorio como el que provocaría una unificación y liberalización inmediata”.
“En mi opinión, el proceso de unificación y liberalización del mercado cambiario requerirá no menos de un año y permitirá el lanzamiento de la nueva organización monetaria sólo si durante ese período se habrá avanzado suficientemente en la reducción del gasto público como para eliminar el déficit fiscal y dejar de requerir emisión monetaria para el Tesoro”, se explayó.
Cavallo consideró que “sólo así se podrá lograr que la brecha entre el tipo de cambio oficial y el del mercado libre se haya prácticamente cerrado, por apreciación del tipo de cambio libre y no por salto cambiario del tipo de cambio oficial, más allá del ajuste gradual destinado a evitar un atraso de este último en relación a la inflación”.
El ex integrante de la Fundación Mediterránea sostuvo que “intentar producir la unificación y liberalización inmediata del mercado cambiario llevaría a una fuerte devaluación inicial que desmentiría a los ojos de la gente la intención estabilizadora del nuevo gobierno y provocaría reacciones sociales que pueden debilitar peligrosamente el apoyo popular que necesitará para llevar a cabo las reformas de fondo”.