Desde las 12 de la noche del viernes hombres mayores de 14 años no podrán viajar de acompañante (lo que en Colombia se denomina parrillero) en una moto de 125 centímetros cúbicos o de mayor cilindraje en determinadas zonas de Bogotá. El decreto, aprobado por la Alcaldía de la capital de Colombia, pretende reducir los hurtos cometidos desde este tipo de vehículos que incrementaron en un 75,4% en 2017, respecto al año anterior, según datos del gobierno local.
La medida regirá durante tres meses, 24 horas al día, los siete días de la semana únicamente en determinados sectores de Bogotá. «En 2017 esta área concentró el 40% de los delitos de alto impacto en los que el móvil del agresor era la motocicleta», se lee en el decreto. Las zonas delimitadas se reparten por toda la ciudad, tanto en las zonas más humildes del sur, como en las más adineradas del norte.
En Bogotá hay 472.226 motos matriculadas, cinco de cada 10 son de 125 cc o superiores, según datos de la Alcaldía. «La medida solo afecta a entre 10.000 y 15.000 conductores que suelen llevar a un hombre de parrillero», ha explicado Miguel Uribe, secretario de Gobierno de Bogotá. «Solo cinco de cada 100 ciudadanos se movilizan en moto, pero de esos cinco apenas el 10% llevan parrillero”, ha complementado Enrique Peñalosa, regidor de la ciudad. «Están estigmatizando a un gremio que se mueve en moto», responde Miguel Forero, presidente de SOS Motocultura, organización que representa a 41 clubes de moteros en la ciudad, 150 en todo Colombia.
Los colectivos de motociclistas consiguieron aplazar la medida y forzar un diálogo con las autoridades locales durante casi una semana después de una gran movilización en Bogotá. «Propusimos convertirnos en informantes, colaborar con la policía cada vez que presenciemos un delito de este tipo», explica Forero, quien asegura que los moteros bogotanos han participado en varias detenciones.
Las mesas de trabajo han servido para que el decreto incluya algunas excepciones. Solo podrán viajar de parrillero hombre miembros de las fuerzas de seguridad del Estado y aquellos que pertenezcan a organismos de emergencia, prevención y salud. Tampoco serán sancionados escoltas de funcionarios públicos y seguridad privada, siempre que estén identificados. Los motociclistas que realizan servicios de entrega a domicilio, empresas de telecomunicaciones y televisión, y medios de comunicación también están exentos.
«En un primer momento ni siquiera contaron con las escuelas de conducción o los conductores elegidos», dice el representante de los motociclistas. Las personas con discapacidad tampoco serán multados si viajan en vehículos adaptados a sus necesidades.
Las sanciones para aquellos que no cumplan con la restricción consisten en una multa de dos salarios mínimos mensuales (unos 450 dólares) y la inmovilización de la moto del conductor aunque el parrillero no sea el dueño del vehículo. SOS Motocultura ha anunciado tutelas legales contra la restricción.
¿Suficiente para garantizar la seguridad?
El denominado decreto del parrillero ha generado polémica entre los colectivos de motociclistas y ha reabierto el debate de cómo se afronta la inseguridad en Bogotá donde se comete un hurto cada ocho minutos, según información de la Alcaldía.
Una de las primeras cuestiones que se ha planteado es por qué la medida solo afecta a los hombres. El regidor Enrique Peñalosa aseguró en una entrevista en la televisión NTN24 que la mayoría de estos delitos los comenten varones, sin aportar cifras concretas. En el caso del principal crimen que se comete en Colombia, el robo de teléfonos celulares, las bandas están formadas por el mismo número de mujeres que de hombres, según un informe de la Fiscalía. Estas organizaciones también hurtan desde motocicletas.
Los colectivos de moteros reclaman a las autoridades un plan de seguridad que no solo se centre en ellos, sino que contemple otras medidas como el aumento de policías en las calles. «Estamos llevando a cabo acciones complementarias: hemos aumentado de 200 cámaras de seguridad a 1.500; está funcionando un bloque especial contra el hurto», ha respondido Miguel Uribe, secretario de Gobierno de la ciudad. «En Bogotá faltan 9.000 policías para estar en la media nacional», se justifica al mismo tiempo que reclama al Estado una reforma judicial que impida la reincidencia.
La alcaldía de Peñalosa usa, además, el ejemplo de otras ciudades donde esta restricción lleva años funcionando para justificar su decisión. En Barranquilla se aplica en el norte de la ciudad, en la zona adinerada, y se acaba de ampliar un año más el decreto durante las 24 horas del día. En Cali la medida ha superado varias batallas legales y se aplica a hombres desde los 12 años.
Solo en Medellín la decisión se prohibió después de tres años de aplicación porque un tribunal regional la consideró anticonstitucional: “La medida resulta ser contraria a la Constitución, pues el derecho del gran número de personas que se desplazan como acompañante en una motocicleta, y que lo hacen sin el ánimo de cometer algún ilícito, no puede verse afectado por el hecho de que algunas personas utilicen este medio para fines delictivos”.
FUENTE: EL PAÍS