Demandan una actualización inmediata y pagos a tiempo de las partidas, considerándose en estado de emergencia.
La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y la Asociación del Magisterio de Santa Fe (Amsafé) han lanzado un comunicado conjunto, urgente y enfático, en el que hacen un llamado al aumento inmediato de las raciones de los comedores escolares. Según los sindicatos, los fondos actuales resultan insuficientes para garantizar una adecuada alimentación de los niños y adolescentes, y la última actualización de montos se llevó a cabo en abril, lo que está muy por detrás de la creciente inflación.
Alegan que la falta de recursos adecuados obliga a los trabajadores a realizar esfuerzos extremos para asegurar un plato de comida para los estudiantes, y cuestionan cómo es posible alimentarse con $168. Demandan una actualización inmediata y pagos a tiempo de las partidas, considerándose en estado de emergencia.
Los sindicatos explican que el aumento de la pobreza ha llevado a un incremento en la cantidad de niños que dependen de los comedores escolares. Sin embargo, los montos actuales de las raciones son de $168 por comida en el comedor escolar y $70 por copa de leche, con actualización por última vez en abril, lo que no concuerda con la inflación del 31,64% que ha ocurrido desde entonces. Además, señalan que las partidas se pagan a mes vencido, lo que genera una carga adicional a los proveedores y no se aplica a los comedores.
La situación se agrava ya que los precios de alimentos esenciales han aumentado de manera significativa, superando la inflación oficial, y esto impacta en los costos de los menús escolares. Señalan que incluso ha habido tres aumentos en carnes en el último mes. Además, tras la devaluación de agosto, denuncian que ningún nivel gubernamental ha mostrado reacción hacia los sectores más vulnerables, como los niños con privación alimentaria.
Se estima que en las escuelas se reparten 200 mil raciones diarias y 472 mil copas de leche, pero el aumento de la pobreza y la inflación sostenida han puesto en peligro la viabilidad de este sistema. Aunque la ley establece actualizaciones trimestrales, los montos no reflejan los costos reales, lo que ha llevado al deterioro de los comedores escolares desde su creación en la década de 1980.
La falta de actualización y el pago retrasado de las partidas afecta negativamente el desarrollo de los niños y adolescentes, tanto física como intelectualmente. La urgencia es clara en su declaración: exigen la actualización inmediata de las partidas para ajustarlas a los costos actuales y su pronta cancelación. Alegan que la demora en el pago resulta en porciones más pequeñas, una reducción en su calidad o incluso en su provisión total, lo que afecta directamente a los estudiantes que dependen de estos comedores para su única comida diaria.
El comunicado finaliza enfatizando que, aunque se llenen las panzas, no se está proporcionando una alimentación adecuada y que esta situación afecta la vida de niños y adolescentes, quienes en muchos casos encuentran en la escuela su única fuente de alimento del día. Además, apuntan que los trabajadores están haciendo todo lo posible para mantener la alimentación, asumiendo una responsabilidad que debería ser compartida por el sistema educativo y las autoridades gubernamentales.