TEPCO explicó en un comunicado que transfirió cerca de 1 m3 de agua filtrada para quitarle las sustancias radiactivas, salvo el tritio, y que diluyó esta cantidad con 1.200 m3 de agua de mar.
La concentración de tritio de esta muestra se medirá para confirmar que está por debajo del nivel previsto de radiactividad de 1.500 becquerelios (Bq) por litro, el máximo establecido para su vertido al océano Pacífico, añadió TEPCO según la agencia de noticias AFP.
Este nivel es 40 veces inferior a la normativa japonesa y la internacional (60.000 Bq/litro) y siete veces menor que el máximo establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el agua potable (10.000 Bq/litro).
Según los expertos, solo las dosis altamente concentradas de tritio son peligrosas para la salud.
Japón prevé verter en tres décadas más de 1,3 millones de m3 de agua de la central de Fukushima procedente de las aguas pluviales y subterráneas, y de las inyecciones necesarias para refrigerar los núcleos de los reactores que entraron en fusión tras el tsunami de marzo de 2011 que devastó la costa noreste del país.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) validó y supervisará el plan japonés, pero esto no tranquilizó a China, que desde julio aplica restricciones a la importación de productos japoneses.
Desde Tokio, fuentes oficiales indicaron que el nivel de radiactividad de los vertidos de centrales chinas es muy superior al previsto en Fukushima.