De acuerdo con fuentes judiciales, el líder de la organización delictiva se encargaba de abastecer de drogas desde Buenos Aires hasta Rosario, para luego proceder con su fraccionamiento y distribución en los barrios República de la Sexta, Villa Manuelita, Zona Centro y Arroyo Seco
En un reciente operativo llevado a cabo por fuerzas federales en el peaje de General Lagos, se logró identificar dos vehículos que transportaban aproximadamente 11 kilogramos de cocaína de alta pureza destinada a su distribución en diversos puntos de venta en Rosario. A raíz de este control, se emitieron órdenes de allanamiento en la región, culminando en la detención de seis individuos, incluido un menor de edad.
Las acciones de allanamiento fueron ejecutadas como parte de una investigación conducida por los detectives de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal con sede en Rosario, bajo la autorización del Juzgado Federal 3 a cargo de Carlos Vera Barros.
De acuerdo con fuentes judiciales, el líder de la organización delictiva se encargaba de abastecer de drogas desde Buenos Aires hasta Rosario, para luego proceder con su fraccionamiento y distribución en los barrios República de la Sexta, Villa Manuelita, Zona Centro y Arroyo Seco. La red criminal incluía diversos roles, como regentes y distribuidores minoristas de las sustancias, que se vendían principalmente a 6.500 pesos por dosis, según las investigaciones.
La modalidad de transporte empleada para la droga se basaba en el método «punta y paso», comúnmente utilizado por traficantes para eludir controles policiales en carretera y asegurar el transporte seguro de la carga ilícita. Esta táctica implica que un vehículo funcione como adelantado, informando al otro sobre la situación de los controles policiales en ruta.
Los vehículos involucrados fueron interceptados en el peaje de General Lagos y en una estación de servicio cercana. La Justicia Federal autorizó la realización de 16 allanamientos en diversos lugares de Rosario y Pérez, lo que permitió el decomiso de droga en paquetes listos para su venta al menudeo, teléfonos celulares, balanzas, armas de fuego, sumas considerables de dinero en pesos argentinos y dólares estadounidenses, vehículos de alta gama y otros elementos de interés.
Este proceso investigativo, a cargo de la División Antidrogas de la Policía Federal de Rosario, surgió como un desprendimiento de la Operación 13 Monos que tuvo lugar en agosto del año anterior. En dicha operación, Máximo Ariel «el Viejo» Cantero y su hijo Alexis Claudio «Tartita» Cantero, ambos detenidos y asociados a Los Monos, lideraban una red de distribución de cocaína que abarcaba las áreas de Rosario y Cañada de Gómez. Las indicaciones sobre las ganancias de las ventas de cocaína eran transmitidas desde la Unidad Penitenciaria 11 Piñero, donde Máximo Cantero se encontraba recluido.