Un grupo de investigadores estadounidenses determinó que los niveles de humedad y la densidad poblacional de las ciudades inciden en la propagación de los brotes de gripe, que en el último invierno causaron 80.000 muertes en ese país, de acuerdo a un estudio publicado hoy en la revista especializada Science.
Los hallazgos del informe, que «implican un cambio en el pensamiento sobre el control de la infección», representan un paso importante hacia una mejor predicción de las tendencias de esos brotes, que anualmente enferman a millones de personas en EE.UU., señalaron los autores de acuerdo a un reporte de la agencia Efe.
El equipo liderado por Benjamin Dalziel, de la Universidad de Oregón (EE.UU.), analizó datos semanales sobre la incidencia de la gripe de más de 600 localidades de Estados Unidos de diversos tamaños y patrones de transporte-
Determinó que se propaga de manera diferente en los centros urbanos con focos de alta densidad de población que en localidades pequeñas.
En las metrópolis los casos de gripe fueron más difusos durante los meses de invierno, inclusive al principio y al final de la temporada, cuando el clima no es óptimo para su transmisión.
Por el contrario, en los municipios más pequeños los casos de gripe se agruparon con mayor frecuencia en un período corto durante la temporada alta.
Los diferentes patrones de epidemia de gripe estacional que observaron los autores por región geográfica, como la tendencia a que los casos de esta enfermedad se agrupen más estrechamente en el sureste de Estados Unidos, persistieron año tras año.
Con la hipótesis de que estos patrones podrían deberse en parte a las respuestas a los factores climáticos, los investigadores evaluaron la influencia de una métrica climática clave, como la humedad.
A medida que disminuye la humedad, las partículas que las personas infectadas emiten al toser permanecen durante más tiempo en el aire, por lo que las epidemias de gripe fueron más intensas en las ciudades con mayores cambios de humedad.
«El trabajo señala que en las áreas metropolitanas las instituciones sanitarias deberían centrarse en reducir la propagación de la gripe, mientras que en las ciudades pequeñas deberían hacerlo en reducir el daño», destacaron los autores.