El economista Miguel Ángel Broda advirtió que el modelo económico del Gobierno es «explosivo», ya que el país -aseguró- «no puede endeudarse al infinito».
Según Broda, el Poder Ejecutivo «ha aumentado el déficit fiscal en relación con el que recibió en 2015. Es posible que el intento de bajar el déficit primario este año modere y tengamos un sector público con un déficit de entre 5,5% y 6%».
«El Gobierno ha decidido aumentar subsidios sociales y jubilaciones e infraestructura y ajustar vía disminución de gasto de subsidios con aumento de tarifas. Es un modelo explosivo. No pueden endeudarse al infinito ni colocar Lebac al infinito», sostuvo el economista, en un reportaje publicado este viernes en el matutino Ambito Financiero.
Además, aseguró que «este modelo genera desequilibrios externos y claramente tenemos un déficit de cuenta corriente muy alto, que nunca en la historia Argentina creció tanto en tan poco tiempo».
A su criterio, la «configuración económica elegida por el Gobierno ha sido muy exitosa para ganar elecciones, pero tiene complicaciones. Este es un modelo que necesita recalibrarse permanentemente. No quieren tocar la madre de todos los problemas que es el tamaño del gasto público y el déficit fiscal y, por lo tanto, van recalculando, compensando y emparchando».
No obstante, indicó que en la Casa Rosada «han decidido que 2018 va a ser el primer año de un hipergradualismo donde el déficit fiscal se mantenga constante. Bajará el primario y subirán los intereses y tendremos el déficit que hubo en 2017. De todas maneras, es una buena noticia que el Gobierno empiece a estar preocupado por el déficit».
En este marco, el economista recomendó «hacer un acuerdo con el FMI de contingencia. El hecho de que Argentina no solicite al Fondo Monetario Internacional las líneas de contingencias que solicitó México o Colombia es un error fenomenal, porque si ocurre una eventualidad, estamos al aire libre y sin paraguas».
Con relación al dólar, Broda alertó: «hay atraso cambiario y tiene sus consecuencias», y consideró que el Gobierno «está más cómodo con este dólar que con el que teníamos antes. Por eso el Banco Central no ha intervenido».
«Han elegido una configuración macroeconómica de alto déficit fiscal financiado con endeudamiento y una flotación del tipo de cambio», evaluó.