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El delibery, el presunto asesino del jubilado atacado con una birome


El hecho ocurrió el jueves por la tarde en un departamento ubicado en la calle Zeballos al 1100, en pleno centro de Rosario. Allí fue descubierto el cuerpo sin vida de un hombre de 78 años

En un operativo llevado a cabo por agentes de la Agencia de Investigación Criminal, se logró la detención de un hombre de 30 años, acusado de ser el autor del escalofriante crimen de un hombre de 78 años en el centro de la ciudad.

La División de Homicidios de la AIC inició una persecución que culminó en la intersección de las calles Iriondo y Garibaldi, donde se logró la captura del presunto responsable del crimen ocurrido el jueves en Zeballos al 1100. En la vivienda de la víctima, el cuerpo fue encontrado con objetos clavados en el cuello.

El detenido fue identificado como A. D. S., un joven de 30 años que trabaja como repartidor. Quedó registrado en las cámaras de seguridad del edificio al momento de ingresar. Se presume que el móvil del crimen no fue el robo.

La Fiscal Dra. Marisol Fabbro llevará al acusado a una audiencia imputativa cuya fecha y hora serán confirmadas próximamente.

El hecho ocurrió el jueves por la tarde en un departamento ubicado en la calle Zeballos al 1100, en pleno centro de Rosario. Allí fue descubierto el cuerpo sin vida de un hombre.

Los agentes que ingresaron al departamento del primer piso del edificio informaron que encontraron al hombre sin vida, con dos bolígrafos clavados en su cuello.

La víctima, identificada como Ferrari, era un reconocido joyero de la zona. Residía en el primer piso «C» de un antiguo edificio de Zeballos al 1100 desde hace mucho tiempo. Había enviudado hace unos años y durante su vida laboral fue propietario de una destacada joyería y relojería ubicada en Rioja y Maipú.

Los joyeros y propietarios de talleres lo recordaban perfectamente. En diferentes momentos, tuvo tres locales comerciales en distintas ubicaciones de la ciudad. Se especializaba en cristales y joyería de plata. Sin embargo, debido a la pandemia y tras el fallecimiento de su esposa, decidió cerrar su negocio.

Los vecinos lo describieron como «una persona excelente» que recibía a mucha gente en su hogar, a pesar de las advertencias de sus allegados sobre los riesgos que ello conllevaba. No se descarta que el asesinato haya sido perpetrado por uno de los visitantes ocasionales que solían acudir a su casa.