En aquel hecho, Hugo Villán, de 45 años, fue asesinado por las balas que cayeron sobre el negocio de Piazza al 400 y que se dedica a la venta de hamburguesas
Adrián Spelta, el fiscal de la Unidad de Homicidios Dolosos y quien está asignado para investigar el asesinato del cadete Hugo Villán (el trabajador baleado en el local de comidas rápidas de Villa Gobernador Gálvez), confirmó que la hipótesis principal “es la extorsión que venían sufriendo los dueños del negocio” y reveló que el ataque se produjo media hora después de que los propietarios del comercio abonen la cuota mafiosa, que sería de unos 200 mil pesos.
“A pesar de que los propietarios estaban pagando el dinero que le exigían a alguna facción, les balearon el frente del negocio y a raíz de esa balacera recibió un disparo un empleado de la hamburguesería que falleció en el lugar”, señaló el funcionario judicial y agregó: “Les estaban pidiendo 200 mil pesos mensuales. Estamos trabajando en la identificación de los extorsionadores. No podría adelantar nada para preservar la investigación”.
Spelta contó que los dueños del negocio “habían pagado media hora antes de la balacera. Entendemos que la banda comenzó a reclamar más dinero del que estaba recibiendo o una parte de ese grupo pretendió ser el acreedor de ese dinero y no los anteriores. Pudo ser que los extorsionadores pidieran más dinero o que parte del grupo se haya dividido y había una disputa sobre quien cobraba. Pero el móvil del ataque fue ese”.
Hugo Orlando Villán tenía 45 años y trabajaba en el frigorífico Paladini. Pero cuando los horarios se lo permitían también hacía changas como cadete para una hamburguesería de Villa Gobernador Gálvez. El domingo a la tarde murió en un ataque a tiros contra el local ubicado en Piazza al 400. Según testigos, alrededor de las 19.45, pasó por allí una camioneta blanca desde la cual un grupo de hombres efectuó varios disparos de arma de fuego contra el local gastronómico.
Villán recibió varios balazos, entre ellos uno en el cráneo que le provocó la muerte antes de llegar al Hospital Gamen, adonde fue llevado en un auto particular.
Mientras se realizaban las primeras medidas judiciales en torno al crimen, trascendió que en Marcos Paz y Fray Justo Santa María de Oro se estaba incendiando un vehículo similar al descripto por testigos del homicidio. Cuando llegaron los uniformados constataron que ya estaba quemado, pero se peritará para establecer si hay elementos que lo vinculen con la mortal balacera.