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Tres jueces se excusaron en un pedido de prescripción por la represión de diciembre de 2001


Daniel Petrone, Diego Barroetaveña y Ángela Ledesma adoptaron ese criterio ante un planteo de la defensa de uno de los condenados, el ex secretario de Seguridad del gobierno de la Alianza, Enrique Mathov

Tres jueces de la Cámara Federal de Casación se excusaron de intervenir en un planteo de acusados por la represión del 19 y 20 de diciembre de 2001 pidiendo la prescripción de ese expediente por el paso del tiempo.

Los jueces que decidieron voluntariamente apartarse de la causa son Daniel Petrone, Diego Barroetaveña y Ángela Ledesma.

Los tres adoptaron ese criterio ante un planteo de la defensa de uno de los condenados, el ex secretario de Seguridad del gobierno de la Alianza, Enrique Mathov.

Mathov está condenado a cuatro años y tres meses de cárcel y formuló el nuevo pedido de Casación aprovechando que la Corte Suprema tiene a estudio desde hace un año un “recurso extraordinario” contra esa sentencia.

Además de Mathov, fueron condenados el ex jefe de la Policía Federal Rubén Santos y de los ex integrantes de esa fuerza de seguridad Norberto Gaudiero, Carlos José López y Víctor Manuel Belloni, por los delitos de “homicidio culposo en perjuicio de Gastón Riva, Diego Lamagna y Carlos Almirón” y heridas a una veintena de manifestantes.

Santos fue condenado a tres años y medio; el ex director general de Operaciones de la Policía Federal Norberto Gaudiero, a tres años; Belloni, a dos años y nueve meses y el ex subcomisario Carlos José López recibió la pena más alta, cinco años y nueve meses.

La Corte Suprema debe ratificar o desestimar las apelaciones contra esas condenas y sólo entonces el fallo quedará firme y despejará el camino para que los imputados comiencen a cumplir las penas.

Los camaristas Petrone, Barroetaveña y Ledesma admitieron el recurso ante la Corte Suprema en mayo de 2022 y fueron recusados por aquella intervención en la causa con anterioridad.

Ahora la Casación deberá sortear nuevos jueces para tratar el planteo de prescripción, lo que –en los hechos- significará una nueva dilación en el proceso.