"No tengo duda de que él intentó dar un golpe. Eso se iba a producir desde el primer día de mi investidura, pero como había muchas personas, esperó una semana", dijo Lula
«No tengo duda de que él intentó dar un golpe. Eso se iba a producir desde el primer día de mi investidura, pero como había muchas personas, esperó una semana», dijo Lula al diario El País, de España, donde el mandatario estuvo de visita de Estado.
La entrevista de Lula se publicó un día después de que Bolsonaro declarara ante la Policía en Brasil por su rol en el ataque del 8 de enero en Brasilia contra las sedes del Gobierno, del Congreso y de la corte suprema, de manifestantes que querían derrocar al presidente.
El líder de extrema derecha negó a la Policía haber instigado los ataques y dijo que estaba bajo los efectos de una medicación cuando publicó un video en Facebook dos días después de los ataques en el que vinculaba el triunfo electoral de Lula con el fraude.
«Lo vi todo por televisión, asaltaron el Palacio de Planalto, hubo una negligencia de los que vigilaban y entraron en el Congreso Nacional, el Tribunal Supremo y el palacio. Ahora ya hay personas en la cárcel», dijo el mandatario brasileño en la entrevista.
Bolsonaro estaba en Estados Unidos cuando ocurrió el asalto en Brasilia, muchos de cuyos protagonistas eran manifestantes bolsonaristas que desde hacía semanas acampaban frente a un cuartel del Ejército para pedir una intervención con Lula.
El expresidente pasó buena parte de 2022 agitando, sin pruebas, el fantasma del fraude en las elecciones que luego perdió con Lula en balotaje en octubre, y que dieron al líder de izquierda una inédita tercera presidencia, que comenzó el 1 de enero pasado.
«Buscamos también a los que financiaron, los que pagaron, por ejemplo, los colectivos en los que vinieron (…) Estamos convencidos de que todo lo organizaron Bolsonaro y su equipo. Se le han imputado 34 cargos y se le van a imputar más, sobre todo demandas internacionales», continuó Lula en la entrevista en España.
El mandatario reiteró que Bolsonaro «está acusado de la muerte de más de 300.000 personas, porque de las más de 700.000 que fallecieron en Brasil por la pandemia de coronavirus, y él es responsable de la muerte de más de la mitad por no haber comprado las vacunas necesarias y por comprar medicinas que no sirven para nada».