El potente tifón Trami, que azotó durante el fin de semana buena parte de Japón, dejó al menos dos muertos y más de 120 heridos, perturbando los sistemas de transporte, especialmente el lunes por la mañana en Tokio.
El tifón llevó al archipiélago lluvias torrenciales y provocó violentas ráfagas de viento de hasta 216 km/h.
Según las autoridades locales y la policía, dos hombres murieron, uno en un deslizamiento de tierras en Tottori (oeste) y otro por la crecida de un río en Yamanashi, una localidad situada a los pies del monte Fuji.
Por otro lado, dos personas fueron declaradas desaparecidas, según la cadena de televisión pública NHK.
El lunes, el tráfico aéreo seguía perturbado, con 200 aviones en tierra, un día después de que se anularan más de 1.000 vuelos.
Además, varias vías de tren seguían sin estar operativas por la caída de postes eléctricos y árboles.
La capital, sin embargo, no se vio afectada directamente por el tifón, aunque los fuertes vientos sí se dejaron sentir.
Las compañías ferroviarias decidieron suspender la circulación de trenes en Tokio, algo muy inusual.
En el conjunto del país, más de 4.000 hogares seguían sin tener electricidad el lunes por la mañana.
El corazón de Japón fue sacudido el domingo por el tifón Trami, que dejó decenas de heridos, especialmente en las islas del sur del archipiélago y amenazaba con provocar inundaciones y derrumbes.
El ciclón perturbó los sistemas de transportes en el oeste de Japón y obligó a la suspensión de más de 1.000 vuelos a raíz del cierre del aeropuerto de Kansai, cerca de Osaka.
El tifón, cuyas ráfagas de viento alcanzaron los 215 km/h, avanzaba por el archipiélago debilitándose ligeramente, pero provocando condiciones climáticas extremas durante el lunes, según las autoridades.
El tifón Trami es el último de una serie de fenómenos climáticos extremos en Japón, que sufrió tifones, inundaciones, terremotos y olas de calor en los últimos meses que se cobraron una importante cantidad de vidas y provocaron amplios daños materiales.
El anterior tifón, Jebi, mató a más de 10 personas a principios de septiembre en el oeste del archipiélago.