Alrededor de 20.000 personas bailaron en la noche porteña al ritmo del DJ y productor, que compartió escenario junto a Duki y versionó temas de varios artistas
Por Martín Olavarría/ Télam
El DJ y productor Bizarrap tuvo anoche su esperado primer gran show en Buenos Aires ante un colmado Hipódromo de Palermo y se terminó de consagrar como el artista argentino del momento con un espectáculo con gran despliegue escénico y musicalmente muy electrónico.
Con tres fechas cuyas entradas se agotaron en cuestión de minutos, la primera jornada del «BZRP Live Tour» hizo esperar al entusiasta público compuesto por unas 20.000 personas con una apertura con música algo misteriosa, que fue ‘in crescendo’ hasta dejar al joven productor de 24 años en el centro del escenario, en medio de fuegos artificiales y ante la aclamación general.
Ataviado con su clásica gorra, sus típicos anteojos negros, remera blanca y campera deportiva azul, Bizarrap comenzó su concierto a las 21.20 con una versión del tema en el que colaboró con Nathy Peluso a través de la «BZRP Music Sessions 36» -una de las más populares de su repertorio y que acabó por catapultarlo a la fama internacional-. La canción marcó el espíritu electrónico del recital, ya que el track original fue intervenido por frenéticos sonidos del mejor big beat de los noventa.
El artista oriundo de Ramos Mejía, que estuvo ocho meses preparando este esperado show, se presenta finalmente de forma masiva y en solitario ante su público tras encadenar logros superlativos como ser el argentino más escuchado en Spotify en 2020 a nivel global y cuatro nominaciones a los Latin Grammy en 2021, lo que lo llevó a cerrar el Lollapalooza de Argentina y París, y realizar una gira europea en más 20 ciudades ante más de 450.000 personas.
El segundo tema que encadenó Bizarrap fue el que tuvo la colaboración de L-Gante, momento en el que el escenario se tiñó temáticamente de verde, con humo y llamaradas y rápidamente mutó del RKT característico al big beat, estilo electrónico que fue preponderante durante toda la noche.
La música luego se arreguetonó un poco con la participación vocal en las sesiones con el productor de la española Ptazeta, el estadounidense Eladio Carrión, el dominicano Chucky, el español Morad, el francés MHD y el puertorriqueño Residente.
También hubo momento mundialista cuando las imponentes imágenes y videos de Lionel Messi protagonizaron las pantallas en una sucesión de montajes en los que confluyeron las caras del jugador en varias etapas de su vida, como antesala de la aparición del Duki en el show.
El que es el representante más encumbrado de la cultura urbana nacional, que tiempo atrás había prometido a su público que que si la Selección argentina ganaba la Copa América grabaría una canción con Bizarrap, fue el único invitado que pisó el escenario en la noche palermitana.
Tras un frenético rapeo, a una velocidad mayor que en la sesión 50 entre ambos músicos, Duki intercambió gentilezas con su anfitrión: «Bizarrap hay uno solo y es argentino», a lo que su colega respondió que Duki «es el número uno».
Definitivamente, quienes buscaban la música urbana característica de Bizarrap y sus allegados se llevaron algo no muy diferente de lo que haría Fatboy Slim en sus vivos, en los que despliega música diferente de sus álbumes estudio.
La mutación hacia el big beat electrónico se consolidó cuando sonó la «Mussic Session 24» con Dani, track en el que retornó la exitosa letra cantada por Nathy Peluso en un descontrolado mash up con tonalidades típicas del sonido de los británicos The Prodigy.
Esa decisión musical generó peculiares contrastes a la hora de combinar sonidos más arreguetonados con el big beat predominante; una situación que Bizarrap aprovechó para volcar su energía y pararse arriba de la mesa de las bandejas para saltar y agitar a la concurrencia.
El DJ tuvo momentos carismáticos en su interacción con el público, muy heterogéneo en su edad, y se quitó la campera después de saltar mucho al transitar el primer tramo del show.
La iluminación y el trabajo de los artistas visuales, a su vez, también redondearon un espectáculo con esmero por todos lados. Incluso hubo efectos especiales que hicieron las veces de nieve en un momento musical en el que las pantallas replicaban montañas y transmitían frío.
Las bases de bajo synth pop predominantes a lo largo del show se hicieron presentes además en el momento más esperado de la noche: la famosa canción con la colombiana Shakira.
Pero el último tema de la velada resultó ser el éxito compartido con el español Quevedo, de la «Music Sessions Vol. 52», que en el momento de su lanzamiento se convirtió en la canción más escuchada del mundo, manteniéndose más de 55 días en el puesto 1 Global de Spotify.
«Estoy muy emocionado, no soy muy expresivo nunca pero, de verdad, estoy muy emocionado y contento de que estén todos acá. muchísimas gracias. No tengo palabras, de verdad», dijo Bizarrap para cerrar la presentación, que se extendió más de una hora y media.
Para el argentino que se convirtió este año en el tercer artista latino más escuchado de Spotify -con más de 60 millones de oyentes mensuales, llegando a ser el artista #17 del mundo- el «BZRP Live Tour» continuará hoy y mañana en el mismo escenario. El concierto de esta noche, además, tendrá transmisión para el país y gran parte de Latinoamérica en vivo a través de la teleoperadora satelital DirecTV y su plataforma de streaming DGO.