Se llevó a cabo en un grupo de 1.021 personas que recibieron inoculaciones: dos dosis de Sputnik y otras que completaron su esquema con Moderna
El Ministerio de Salud provincial informó que el Centro Único de Donación, Ablación e Implante de Órganos (Cudaio) junto a otras organizaciones y profesionales llevó adelante un estudio sobre la inmunidad adquirida por las vacunas contra el Covid-19.
El escrito se presentó el 10 de enero de este año para su aceptación, se realizó el análisis correspondiente por parte de los revisores, y finalmente, el 17 de abril se publicó en una de las revistas más importantes del mundo Frontiers in Inmunology.
Cabe destacar que en el trabajo realizado por el Cudaio perteneciente al Ministerio de Salud, fue coordinado por la licenciada Gretel Naidich, participaron también profesionales de primera línea de investigación en la provincia: Oscar Bottasso, Natalia Santucci, Stella Maris Pezzotto y Eduardo Ceccarelli pertenecientes al Instituto de Inmunología Clínica y Experimental de Rosario y al Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario.
En este sentido, el director del Cudaio, Mario Perichón, informó que en enero del 2021 desde el laboratorio de Inmunogenética del Cudaio se comenzó la planificación para la realización de un estudio con respecto a la vacunación con Sputnik. “Nosotros veíamos en ese momento dos grandes problemas: primero, lo que todos sabemos de esta vacuna, que era discutida en nuestro país, y que teníamos evidencias científicas de otros lugares que el uso de este tipo de vacunación con vectores virales habían dado muy buenos resultados, incluido gente que en Rusia había trabajado sobre este tema. Y por el otro lado, era utilizar una vacuna vectorial que en la Argentina nunca se había usado”.
“Este tipo de vacuna donde un vector lleva un pedacito del virus al organismo, este genere anticuerpos y así nos protegiera. Esa fue la idea. Además, contábamos con el recurso humano en los laboratorios que tiene el Cudaio y con el equipamiento necesario, un citómetro de flujo, un Luminex y la serología robotizada en los centros regionales de hemoterapia del Cudaio. Armamos un esquema de desarrollo de trabajo de investigación, lo presentamos al comité de bioética de la provincia, fue autorizado y ahí empezamos a recolectar las muestras”, señaló.
Además, el director del Cudaio explicó que “se recolectaron aproximadamente 1.500 muestras iniciales de antes de la primera dosis de Sputnik. Sabíamos que nadie tenía anticuerpos. Entonces tuvimos una muestra basal, después hicimos una muestra a los 21 días de colocada la primera dosis, y después esperamos la segunda dosis para hacer exactamente lo mismo”.
Asimismo, el profesional recordó que “en ese momento fue que se demoró la entrega de las vacunas Sputnik, por lo tanto tuvimos que abrir distintos grupos de trabajo de investigación porque la vacuna no llegaba. Finalmente, el estudio generó cuatro grupos de trabajo. Uno que recibió la vacuna, como decía el fabricante, a los 21 o 28 días. Otros dos grupos que recibieron la segunda dosis diferida 30 y 70 días y un cuarto grupo de adultos mayores que recibieron la segunda dosis 107 días después de la primera. De este último grupo a la mayor parte de los voluntarios se les aplicó Moderna como segunda dosis”.
RESULTADOS DEL ESTUDIO
Al ser consultado por los resultados finales, Mario Perichon mencionó que “eso llevó meses, aproximadamente el mayor número de espera de la segunda dosis para Sputnik V fue de 107 días. O sea que, periódicamente, después de la segunda dosis, cuando todos la completaron con Sputnik, Moderna lo que hicimos fue a los tres meses de la segunda dosis volver a sacarles sangre a los voluntarios y después a los seis meses hasta completar un año y dos meses de seguimiento”.
“Finalmente en el estudio, primero demostramos que esperar a la segunda dosis en el tiempo generó mayor título de anticuerpos que haberlo dado en los 21-28 días como decían los fabricantes en un principio. O sea, cuanto más se demoró la segunda dosis, mejores niveles de anticuerpos se generaron en el grupo que hizo Sputnik/Sputnik”, agregó.
“En el grupo que hizo la vacunación heteróloga, destacó Mario Perichón, también hacía excelentes resultados mezclando dos vacunas de diferente orden, una es vectorial (Sputnik) y otra es por ARN mensajero que es la de Moderna. O sea que también lo que se había visto en el mundo de hacer vacunación heteróloga mostró claramente que fue eficiente tanto como haber hecho la Sputnik/ Sputnik”.
Por último, el funcionario informó que “ también se demostró que los niveles se mantienen, recordemos que en un momento se habló que se debía colocar la segunda dosis rápido porque sino bajaban los niveles de inmunidad, nosotros no demostramos en 1 ni 2 meses que los niveles de anticuerpos, independientemente de que recibiera o no la dosis, bajaban, o sea, por el contrario, se mantienen. La pregunta que nos hicimos fue ¿por qué se mantienen? Bueno, eso no tenemos respuesta por ahora”.
De esta manera, el director del Cudaio resaltó que “en cuanto a los adultos mayores, lo que se vio también fue que la generación de anticuerpos fue independiente de la edad. Este es un hallazgo muy importante del estudio ya que podría presuponer lo contrario».
«Y ahí nos planteamos dos preguntas que están en el trabajo para que otro investigador del mundo que tenga más herramientas que nosotros lo puedan desarrollar que es si esos anticuerpos en general eran protectivos o como en la vida mucho más larga pudieran haber tenido mayores desafíos de adenovirus y entonces esos anticuerpos sean contra el vector y no contra el virus del Covid. No tenemos respuesta, es decir, lo dejamos abierto para futuras investigaciones, concluyó Perichon.