Cuando el mosquito se alimenta con sangre de una persona infectada por el virus dengue lo adquiere y luego de 8 a 12 días es capaz de transmitirlo a alguien sano a través de la picadura.
La confirmación de un subtipo de dengue 2 que hasta el momento no había circulado en Argentina abre la pregunta acerca de si el brote actual, con 48,4% más casos que el de 2020, se explica por esta causa y si esto genera cuadros más graves, aunque especialistas remarcaron que «más allá del virus, lo central sigue siendo eliminar los criaderos de mosquitos e intervenir cuando el cuadro se está agravando».
El Ministerio de Salud informó ayer que a través de un estudio de secuenciación genómica, el Instituto Nacional de Enfermedades Virales (INEVH) «Dr. Julio Maiztegui» de la ANLIS Malbrán, detectó la circulación de una nueva variante del virus Dengue tipo 2 en el país, denominada genotipo II-Cosmopolita.
«Si bien esta variante ya había sido reportada previamente en la región, primero en Perú (en 2019) y posteriormente en Brasil (en 2021), esta identificación marca la introducción de un nuevo genotipo de Dengue tipo 2 en Argentina, donde hasta el año 2022 circulaba el genotipo III-Sudeste Asiático Americano», indicó el comunicado de la cartera sanitaria.
En paralelo, Salud viene informando que los casos acumulados registrados en esta temporada «están por encima» de 2022 y 2021 y «comparando con las dos epidemias previas se encuentran un 48,4% por encima de los del mismo periodo en 2020 y 27% por encima del número de 2016».
Frente a este escenario se abren dos preguntas: ¿es este serotipo de dengue 2 la causa de la magnitud del brote actual? y ¿este serotipo puede causar mayor cantidad de casos graves?
«El dengue en verdad son 4 virus distintos; les podrían haber puesto distintos nombres pero les pusieron 1, 2, 3, y 4. Tienen características similares pero también diferencias. El dengue 2 es el que causa más epidemias en el mundo», explicó a Télam la viróloga Andrea Gamarnik, Jefa de Laboratorio de Virología Molecular de la Fundación Instituto Leloir.
Y continuó: «Pero dentro de cada virus hay distintos genotipos. En el caso del dengue 2 existen 6 genotipos distintos. En el brote actual se acaba de determinar que el genotipo del dengue 2 que tenemos se llama Cosmopolita. Este virus tiene algunas características que podrían explicar la cantidad de casos y que haya tantas muertes, pero no hay todavía datos concluyentes sobre esto».
Hasta el 8 de abril (fecha de cierre del último boletín epidemiológico del Ministerio de Salud) se habían notificado 27 personas fallecidas con dengue, pero según los reportes provinciales esa cifra actualmente es más alta.
Del total de fallecidos reportados en el boletín, 16 fueron confirmados por pruebas moleculares con identificación de serotipo dando como resultado que 10 tenían dengue 2 y 6 dengue 1, mientras de los once restantes si se tiene en cuenta la circulación viral de las jurisdicciones donde se produjeron puede asumirse que 9 de ellos corresponderían a zonas donde sólo se identificó la circulación de dengue 2.
Por su parte, Mario Linares, del Instituto de Biología de Altura de la Universidad Nacional de Jujuy (UNJu), sostuvo que «el análisis de la sub variante permite ver de dónde está ingresando el virus, pero sigue siendo dengue 2, que es diferente al que circulaba en los brotes anteriores en los que fue más prevalente el dengue 1; sobre todo en las provincias del Norte como Jujuy, Salta y Tucumán, dónde están la mayoría de los casos».
«Teniendo en cuenta la gran cantidad de enfermos de dengue que hubo en epidemias anteriores afectados principalmente por la variante 1 del virus, al ser sensibilizados por una variante diferente esto puede aumentar la posibilidad de desarrollar la forma grave de la enfermedad», indicó Linares en diálogo con Télam.
Para el especialista, esta situación «quizás puede explicar que no es que el virus dengue 2 sea más agresivo que el uno, el tres o el cuatro y por eso se están viendo más internaciones, incluso fallecidos; sino que es por la combinación de un virus diferente en personas que ya habían sido sensibilizadas por una infección anterior con otros serotipo».
En el mismo sentido, Salud informó que «es importante recordar que la infección por un serotipo, seguida por otra infección con un serotipo diferente, aumenta el riesgo de padecer dengue grave».
Los factores individuales de riesgo pueden determinar también la gravedad de la enfermedad e incluyen además de la infección previa, la edad (menores de 5 y mayores de 65 años), enfermedades crónicas (asma bronquial, inmunosupresión, diabetes) y personas gestantes.
Para el médico infectólogo Tomás Orduna, exjefe del Servicio de Medicina Tropical y Medicina del Viajero en el Hospital de Infecciosas F. J. Muñiz y miembro del Comité Científico de la Fundación Mundo Sano, «las explicaciones siempre son multicausales».
«El dengue 2 es asociado históricamente a cuadros de mayor gravedad, lo mismo que el tema de las reinfecciones, pero esto no es lineal; no es que una persona que se infecta con dengue 2 si o si va a estar grave o si se reinfecta va a hacer hemorragia. En en ese sentido hay que llevar un poco de tranquilidad porque la letalidad de este virus afortunadamente es baja», sostuvo Orduna.
En ese contexto, el especialista señaló que «más allá de los serotipos, lo importante son dos cuestiones: la primera es evitar los criaderos de mosquitos para que no se propague de las formas que ya sabemos y la segunda tener claro los cinco signos de alarma que nos pueden indicar cuando un cuadro de dengue se está agravando para intervenir inmediatamente».
En cuanto a los signos, enumeró trastorno de la sensibilidad, dolor abdominal intenso, vómitos permanentes, hemorragias y tendencia a la hipotensión o lipotimia. Además, indicó que el dengue no evoluciona a grave sin pasar por alguno de estos síntomas.
«Si yo agarro al paciente ahí y lo trato con hidratación por vena, ese paciente en un 99 por ciento de los casos se recupera, por eso es central reconocer estos síntomas», añadió.
El dengue es una enfermedad viral transmitida por la picadura del mosquito del género Aedes, principalmente por Aedes aegypti. Cuando el mosquito se alimenta con sangre de una persona infectada por el virus dengue lo adquiere y luego de 8 a 12 días es capaz de transmitirlo a alguien sano a través de la picadura.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la incidencia del dengue creció dramáticamente en todo el mundo en las últimas décadas: de 505.430 casos en 2000 a 5,2 millones en 2019.
La epidemia afecta particularmente a la región de las Américas que para 2022 había notificado 2,8 millones de casos y 1.280 muertes, una tendencia creciente que continúa en 2023 donde hasta finales de marzo se habían reportado 441.898 casos y 119 muertes.