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Amsafe, firme tras las balaceras a los colegios: «Si se toca una escuela o un pibe, habrá cese de actividades»


Foto: Juan José García

Este martes hubo concentración de docentes, niños y padres en plaza San Martín tras los ataques a los establecimientos educaticos José Mármol y Rosa Ziperovich

Tras los reiteradas amenazas y balaceras a distintos escuelas de Rosario, el gremio de docentes públicos Amsafe desobligó este martes a los establecimientos a dictar clases entras las 10.30 y las 14.30 con el fin de concentrar en Plaza San Martín y hacer un acto frente a la Sede de Gobierno de Rosario y así pedir más seguridad, tras los ataques con balas a diferentes colegios de la ciudad.

“Exigimos una respuesta. Queremos hacer un llamado fuerte para ver si desde el poder político nos da una respuesta”, aseguraron desde el gremio. Y advirtieron «que si se toca una escuela y un pibe más» habrá «cese de actividades».

Foto: Juan José García

Uno de los establecimientos atacados fue la escuela del barrio Empalme Graneros a la que asistía Máximo Jerez, el niño de 11 años asesinado en una balacera ocurrida el 5 de marzo pasado y que derivó en una fuerte protesta de vecinos y el envío de refuerzos de fuerzas federales a Rosario.

Foto: Juan José García

El primer ataque ocurrió la noche del pasado sábado y tuvo como blanco la Escuela 84 José Mármol, ubicada en la calle Larrea al 300, del barrio Ludueña, en la zona noroeste de Rosario, donde además funciona un comedor para los chicos.

De acuerdo a la pesquisa, la balacera se produjo alrededor de las 23.20 cuando se efectuaron al menos 12 impactos contra el edificio, tal como establecieron los efectivos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) que trabajaron luego en el lugar.

Foto: Juan José García

En la puerta de acceso al colegio, las pesquisas hallaron una nota con contenido intimidatorio, que finaliza con la frase “con la mafia no se jode”, agregaron los voceros.

Los directivos de ambos establecimientos coincidieron al manifestar que las amenazas vertidas por los tiradores no están dirigidas a los colegios sino que los establecimientos son usados por diferentes grupos narcos para enviarse mensajes.

«Nos usan como correo para dejar sus amenazas en algo que nosotros no tenemos nada que ver», dijo esta mañana uno de los directivos de la Escuela 84.

El gremio que agrupa a los docentes públicos advirtió «que si se toca una escuela y un pibe más», el reclamo «será con cese de actividades o paro».

Al respecto, el delegado en Rosario de los docentes agremiados a Amsafe, Juan Pablo Casiello, dijo que lo que pasó en las escuelas públicas el sábado último «fue un salto a la impunidad de las bandas narcopoliciales».

«Pasó, justamente en los dos barrios -Ludueña y Empalme Graneros- los más custodiados en Rosario. Si estando tan custodiados pueden balear escuelas, entonces los narcos nos están diciendo que pueden balear con total impunidad a cualquiera a cualquier hora», señaló el dirigente docente.

Al denunciar la falta de seguridad en los barrios de la periferia de Rosario, Casiello aseguró en su alocución en la plaza pública «que basta con solo caminar por el barrio donde mataron al niño y alumno Máximo Jerez (11) -Los Pumitas- para ver que hay solo tres gendarmes cada 500 metros».

«Semanas atrás se produjo el octavo desembarco de fuerzas federales a los barrios más calientes y no hay solución, la situación de violencia se agravó y hoy tenemos más muertos y más violencia», denunció el sindicalista.

«Hacen falta mayores políticas de Estado. Hace falta mayor presencia de las fuerzas provinciales y federales. Hace falta que de una vez por todas los gobiernos -por el nacional, provincial y municipal- terminen por completo con las mafias narcopoliciales para que dejen de liberar las zonas», apuntó finalmente.

En una plaza colmada de padres, alumnos, docentes, no docentes y vecinos, entre otros también habló, Ana Rosa Ugarte directora de la escuela 84, cuya fachada fue blanco de una balacera y reclamó a los poderes gubernamentales, «que no esperen que maten a otro pibe porque los narcos se están metiendo con nuestros alumnos. Con las escuelas no», dijo la docente.

En tanto, un padre que se identificó ante Télam con el nombre de Juan, cuyos dos hijos concurren a la escuela primaria y que desde la cooperadora ayudó a que las familias se puedan trasladar con sus hijos a la movilización y hacer oír su voz, dijo «que los chicos deben disfrutar de la escuela».

«Las escuelas deben, necesariamente ser un lugar seguro de contención social. No mandamos a nuestros hijos para que las mafias los agredan», indicó el padre que concurrió en familia a la manifestación.