La institución Agrupación Deportiva Infantil Rosario, fundada el 25 mayo de 1979 en barrio Luis Agote, fue recuperada y sueña con dar el gran salto a través del fútbol
Es uno de los clubes más emblemáticos de la zona del Viaducto Avellaneda. Comulga un bajo perfil entre los vecinos y vecinas del barrio Luis Agote. La Agrupación Deportiva Infantil Rosario (Adir) fue fundada el 25 mayo de 1979 en Bordabehere 4130 con el objetivo de congregar a la familia en un mismo espacio. El fútbol es el motor institucional. Hace poco tiempo logró ser recuperada. Lo saliente es que ya camina a paso firme. En el club, conocido como ‘el celeste y blanco’ hay un claro objetivo a la vista: dar el gran salto y volver a cumplir el rol social histórico como clama su esencia.
Recuperación a todo pulmón
La historia es clara. Y a su vez contundente. “Este espacio estaba tomado. En realidad, una parte del club sigue ocupada por una persona. Este señor se quiso adueñar de la institución, pero por suerte logramos recuperar casi todo el lugar. No bajaremos los brazos y confiamos en la justicia para que pronto nos informe que el salón tomado volverá a estar en manos de los socios como corresponde”, contó el presidente de la institución, René Montoya. En ese mismo sentido, acotó: «Lamentablemente, el salón cerrado no lo podemos usar para los chicos porque está tomado por este sujeto, que antes hacía negocio con la institución”.
La máxima autoridad del celeste y blanco remarcó que “la Dirección de Clubes de la Municipalidad (que depende de la Secretaría de Deporte y Turismo), nos ayudó un montón para tener todo en regla nuevamente. Recuerdo que arrancamos los trámites y nos agarró la pandemia. A eso hay que sumarle los tiempos burocráticos administrativos para poder ir presentando todo en tiempo y forma. Fue una ardua labor, pero ahora estamos bien”, confió.
Presidente todoterreno
René Montoya habla de Adir con marcada pasión. Mira a su alrededor el espacio físico del club con mucho amor. “Estamos creciendo. Hacemos mucho esfuerzo. Todos colaboramos. No nos sobra nada”, sostuvo el presidente de la entidad que está desde 1979 en el barrio Luis Agote.
“Me tocó hacer algo diferente porque es el primer mandato luego de muchísimo tiempo con personería jurídica. El club estaba tomado pero ahora estamos felices trabajando”, clamó.
Además, expresó: “Entendemos que la esencia institucional es social y deportiva. Esto es de las chicas y los chicos que vienen a entrenar, a recrearse, a compartir un momento. Queremos volver a las raíces”.
“Tengo muchos años acá. Empecé a traer a jugar a mi hijo Juan Pablo, quien ahora entrena a las chicas. Un día uno de los directivos (Alejandro Roldán) pidió colaboración y me sumé junto a otros padres. Y así fue que empecé a involucrarme cada vez más. Había y hay que hacer cosas siempre. Se hace todo a pulmón”, graficó el directivo, quien fuera de Adir se dedica a su profesión: chapero y pintor.
Montoya confesó también que “el sueño es tratar de ampliarnos y tener una cancha de 11 propia. Tenemos un equipo que juega en otro lado en la liga Acar, pero queremos la nuestra. Y la vamos a tener. Esto es parte de mi vida”.
Fútbol para ellas y ellos
Adir cuenta con una línea que milita en la liga de fútbol infantil Ardyti y otra en la liga Acar. También tiene una escuelita de fútbol, donde practican y juegan en la cancha de 5 ubicada en otro sector del predio. “Tratamos de que todos se sumen al club y no estén en las calles. Calculamos que 140 chicas y chicos vienen a practicar fútbol”, narró Montoya.
Desde lo estructural, la institución cuenta con baños prolijos, un espacio donde guardan todos los elementos de trabajo y un amplio sector de parrilleros, al aire libre.
“No tenemos el salón grande porque está ocupado por la persona que tomó el lugar. Da impotencia ver que a veces se larga a llover en medio de una práctica y los padres no pueden entrar para refugiarse del agua. Ni hablar en invierno. Los ves y sufren del frío esperando a sus hijos a la intemperie. Hay que agradecer que nos siguen trayendo a los chicos”, apuntó el presidente.
Con respecto a cómo recaudan para afrontar los gastos fijos, el directivo contó: “Hacemos torneos durante los recesos. También tenemos una cuota deportiva de 1.200 pesos, de los cuales 800 hay que pagarle a la liga. Por lo tanto, con los restantes 400 juntamos para pagar los gastos fijos, pero no alcanza”.
Las actividades son vespertinas y muy activas. Las prácticas son de lunes a viernes, de 18 a 22. Y los fines de semanas hay competencia oficial.
Mientras buscan seguir creciendo, Montoya afirmó con una amplia sonrisa y marcado orgullo: “Tenemos nuevas luces. Un vecino nos entregó varias luminarias a pagar de a poco. Sinceramente, estamos felices. Hicimos todo nuevo. Además de los seis reflectores se generó toda la conexión eléctrica con las correspondientes normas de seguridad”.
Adir tiene sus paredes gastadas y la cancha un tanto castigada por tanta actividad. Aunque hay un punto que sobresale. Se percibe a simple vista que, puertas adentro, brinda contención. Además, ceden el espacio a algunas entidades educativas para que realicen actividades físicas y recreativas. “Esto es de todos. La idea es que escuelas y vecinos puedan usarlo”, comentó Montoya, quien destaca que el objetivo del celeste y blanco es volver a ser un polo de atracción para la enorme barriada y alrededores.