Tras la fiesta del sábado en Ezeiza con sus compañeros, el rosarino voló desde Buenos Aires y pasó el día con su familia antes del viaje a Paraguay de este lunes
Lionel Messi volvió a donde es feliz. Es verdad, por un puñado de horas, pero acá es feliz. Anoche disfrutó con sus compañeros de una fiesta íntima con temática «Bresh» en el predio de Ezeiza y bien temprano voló a Rosario para pasar el día con sus seres queridos en su flamante casa del barrio privado Kentucky.
El mejor futbolista del mundo volvió por primera vez a la ciudad luego de la balacera contra el frente del supermercado de la familia de su esposa Antonella Roccuzzo. Y lo hizo en silencio, para disfrutar con los que más quiere de unas horas.
En su imponente casa del barrio Kentucky de Funes hubo mates mañaneros y de tarde, y en el medio asado. Además hubo tiempo para disfrutar del sol y de sus hijos, quienes desde el viernes ya estaban en la ciudad.
Precisamente, otra de las noticias en el entorno Messi la dio su hijo mayor Thiago, quien salió a andar en bicicleta por Funes pero como estaba desinflada tuvieron que pasar por una estación de servicio. Y allí fue fotografiado.
El mejor futbolista del mundo estará este lunes ya en el predio de Ezeiza junto a sus compañeros de la selección, ya que en horas de la tarde se subirán a un vuelo chárter para estar en Paraguay, donde la Conmebol les hará un reconocimiento luego del título del mundo conseguido en Qatar.
Luego de la breve estadía en Paraguay la delegación se mudará a Santiago del Estero, donde el martes la selección se medirá con Curazao por el segundo amistoso de la doble fecha Fifa. Allí, en el estadio Madre de Ciudades, Messi buscará su gol 100 con la celeste y blanca. Antes, vivió su mejor previa: en el lugar que quiere y con la gente que quiere.