"El verdadero objetivo del 'lawfare' es la criminalización de la política pero no de toda la política, sino de la que tiene que ver con la distribución de los ingresos", dijo la vicepresidenta
La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner aseguró hoy que la persecución judicial a líderes populares de la región tiene como objetivo «no solo volver a imponer un modelo económico neoliberal» sino también «disciplinar a los dirigentes del campo nacional y popular» para que no se animen a llevar adelante procesos que «igualen a las sociedades», una característica que atribuyó a los gobiernos progresistas de la primera mitad del siglo XXI en América Latina y el Caribe.
«El verdadero objetivo del ‘lawfare’ es la criminalización de la política pero no de toda la política, sino de la que tiene que ver con la distribución de los ingresos», dijo Cristina Kirchner al exponer esta noche en un encuentro internacional del Grupo de Puebla realizado en el Centro Cultural Kirchner (CCK) en apoyo a la Vicepresidenta.
La propia Cristina Kirchner fue la encargada de cerrar la reunión del foro político y académico convocado bajo el título «Voluntad popular y democracia. Del partido militar al partido judicial, las amenazas a la democracia» en el marco del III Foro Mundial de Derechos Humanos inaugurado ayer por el presidente Alberto Fernández.
La titular del Senado clausuró el encuentro en la sala ‘Ballena Azul’ junto a los exmandatarios Evo Morales (Bolivia), Rafael Correa (Ecuador), Ernesto Samper (Colombia), José Luis Rodríguez Zapatero (España) y el chileno y coordinador del Grupo Puebla Marco Enríquez-Ominami más el diputado del Frente de Todos Eduardo Valdés y la abogada brasileña Gisele Ribocom, del Consejo Latinoamericano de Justicia y Democracia (Clajud).
Allí volvió a plantear la necesidad de refundar el «estado democrático constitucional», como el que dejó su gestión en 2015, fustigó con dureza la herencia recibida en el 2019 por la gestión de Mauricio Macri, quien -aseguró- dejó un «país hecho percha», y convocó a las fuerzas populares y a la sociedad en su conjunto a «organizarse» para «volver a construir un país» como el que logró el primer peronismo en línea con el proceso que protagonizó el kirchnerismo entre 2003 y 2015.
«No me interesa si me van a condenar, inhabilitar o meter presa. Me importa que volvamos a construir un Estado democrático y constitucional en el cual las garantías no sean cartón pintado», lanzó Cristina Kirchner, quien en varios tramos de su discurso fue interrumpida por el público al canto de «presidenta, Cristina presidenta».
El encuentro se convirtió en una muestra de respaldo de fuerte volumen político, a menos de dos semanas de que el Tribunal Oral Federal 2 (TOF) 2 diera a conocer los fundamentos del fallo de primera instancia que impuso a la dos veces presidenta seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos en la causa Vialidad.
Desde varios sectores del FdT se planteó en varias ocasiones que esa sentencia configura un intento que busca proscribir y sacar a la titular del Senado de la carrera presidencial de este año.
En su exposición, Cristina Kirchner volvió plantear la necesidad de refundar el «estado democrático constitucional» y recordó los logros de la gestión iniciada por su marido Néstor Kirchner a partir de 2003 tras la crisis social, económica e institucional del 2001, que había dejado casi nula la autoridad presidencial y un Poder Legislativo en el que se «podían comprar y vender leyes».
Apuntó además que a su gestión y la de Néstor Kirchner «no las van a perdonar nunca» desde sectores de poder económico, y dijo que el rechazo de esos grupos se debe entre otras cosas a todo lo que se pudo «reconstruir en materia de derechos humanos», en particular la anulación de las leyes de impunidad.
En el primer tramo de su exposición, la Vicepresidenta agradeció el apoyo de los exmandatarios que la acompañaron en el escenario, que tradujo en «muchas caricias después de tantos golpes y hasta intento de tiros», en alusión al intento de magnicidio del 1° de setiembre del año pasado.
Enseguida se metió en el tema de la convocatoria para decir que la articulación del ‘lawfare’ «no se explica sin la intervención de los medios de comunicación» con «sentencias que se escriben en los medios de comunicación y luego un juez o un fiscal suscriben las sentencias».
En las primeras filas del auditorio la escuchaban el exmandatario José Mujica (Uruguay), la exvicepresidenta de ese país, Lucía Topolansky, y el jurista español Baltasar Garzón, cuya participación estuvo ligada al objetivo de «denunciar el lawfare (guerra jurídica) contra la expresidenta de la Nación argentina y entregarle un apoyo transversal», mensaje que estuvo a cargo de Ominami al inicio del encuentro.
El jurista español coordinó el libro «Objetivo: Cristina. El lawfare contra la democracia en Argentina», presentado hoy como parte del apoyo que el Grupo de Puebla le expresó a la Vicepresidenta, y que contiene críticas de juristas a todo el proceso judicial que enfrentó Cristina Kirchner entre 2019 y 2022 en la causa «Vialidad».
Editado de manera conjunta por la Escuela de Estudios Latinoamericanos y Globales (Elag), el Grupo Puebla, el Consejo Latinoamericano de Justicia y Democracia (Clajud) y el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag), el libro reúne escritos de especialistas en Derecho de distintos países junto a expresidentes de América latina y España, entre ellos Raúl Zaffaroni y el propio Garzón.
Previo al discurso de Cristina Kirchner hubo paneles que giraron en torno a cómo el llamado ‘Partido Militar’ cedió su lugar al Poder Judicial para condicionar los procesos políticos y viabilizar la persecución a líderes populares del país y de la región, entre ellos Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil), Rafael Correa (Ecuador) y Evo Morales (Bolivia).
Al hacer mención al eje del encuentro, Cristina Kirchner evaluó que el ‘lawfare’ que hoy inunda la región fue precedido por otros instrumentos, como «la Doctrina de Seguridad Nacional» de la que se nutrieron las dictaduras del siglo pasado en la región en tiempos de la denominada guerra fría.
Recordó, entonces, que aquellas dictaduras «cumplieron el rol de interrumpir los procesos populares y democráticos», y añadió que ese objetivo hoy se logra por los mecanismos del ‘lawfare’ (guerra jurídica).
«Lo que pasó en el ’76 es que se interrumpe un modelo de acumulación que simbolizó el peronismo, que fue la movilidad social ascendente», y de «acumulación no solo económica sino también cultural», enfatizó para recordar que había sido Chile con el golpe del dictador Augusto Pinochet donde se instaló «el primer laboratorio del neoliberalismo en América latina».
Recordó que fue a partir del golpe del ’76 cuando surge en Argentina lo que denomina «economía bimonetaria» para luego remarcar que «todo lo que se sufre» en el país «tiene que ver con la economía».
Tras repasar los avances del proceso kirchnerista, como la vuelta al Estado de la administración de los fondos de las AFJP, la nacionalización de YPF, la construcción de satélites y los avances en políticas de protección social, Cristina reivindicó lo que denominó «la década virtuosa» en la región, que protagonizaron gobiernos como el de Lula da Silva, Evo Morales y Rafael Correa, donde dijo «más se redujo la desigualdad económica y social en la región».
«Esta es la clave no nos persiguen porque somos populistas. No, es porque igualamos a las sociedades», graficó.
«En el ’76 los trabajadores participaban del 56% del PBI, la misma participación que tenían en diciembre del 2015», puntualizó para luego aludir a una reciente entrevista del economista radical de Juntos por el Cambio Eduardo Levy Yeyati, quien le dijo al diario La Nación que en la actualidad no se podría operar un ajuste fiscal vía salarios porque, a diferencia de 2015, «hoy los salarios reales están rezagados».
Cristina Kirchner recordó además que al inicio de la gestión de Cambiemos en el 2015 el exministro de Economía de Macri Nicolás Dujovne, quien comandó la toma de la millonaria deuda con el FMI de 45 millones de dólares, «decía que Argentina tenía niveles de endeudamiento bajísimos tanto a nivel de gobierno, como a nivel de las empresas y familias», para luego aludir a declaraciones del jefe de Gobierno porteño y precandidato presidencial Horacio Rodríguez Larreta en relación a la posibilidad de eliminar el cepo a la compra de dólares.
«Un candidato de la oposición dijo que cuando asumió Macri era diferente porque en el 2015 había reservas en el Banco Central. Ahora no se puede hacer lo mismo», lanzó sobre los dichos de Larreta.
«Entonces, muchachos, muchachas, si en el 2015 las empresas no tenían deuda, el Estado y las familias tampoco, si el FMI no estaba, además había reservas y los salarios no estaban rezagados… ¿Me quieren decir qué hicieron en cuatro años que entregaron el país hecho percha en el 2019?», lanzó Cristina en un fuerte cuestionamiento a la administración de Macri que desató una ovación en el CCK.
Para concluir, dijo que «esta persecución tiene como objetivo no solo volver imponer un modelo económico, sino disciplinar a los dirigentes del campo nacional y popular». «Buscan instalar el miedo: ¿quién se va animar otra vez a por ejemplo tareas como recuperar las AFJPs, YPY o decirle no al fondo?», puntualizó.