Se conoció un caso del llamado mal de la vaca loca en Brasil, hecho que promovió la medida de prohibición de venta de carne de ese país a China. ¿Pero qué es el mal de la vaca loca y por qué puede llegar a enfermar y causar la muerte en animales y humanos?
El organismo sanitario explicó que fue identificada en Inglaterra en 1985 y, aunque su aparición es incierta, existe acuerdo científico en que está asociada a la alimentación del ganado con harinas de origen animal que no habrían recibido el tratamiento térmico adecuado. Este problema incluiría a las ovejas, las que sufren una enfermedad equivalente llamada “scrapie”. También se han descrito enfermedades similares en otros rumiantes, en felinos, zorros y en ciertos tipos de ciervos.
Desde ese momento hasta hoy, distintos países europeos han reportado la aparición de casos de “vaca loca” como consecuencia del traslado de ganado bovino de una nación a otra y de los mismos defectos de alimentación registrados en el Reino Unido. Una vez detectado el problema, Inglaterra estableció un programa agresivo de vigilancia, que le permitió disminuir enormemente la cantidad de bovinos afectados: así, se pasó de 40.000 (en 1992) a 1.500 (en el 2000).
Enfermedad en humanos
Según explican los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos, las personas no pueden contraer la enfermedad de las vacas locas. Pero en raras ocasiones pueden contraer una forma humana de la enfermedad de las vacas locas que se llama variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (vCJD, por sus siglas en inglés), la cual es mortal.
La posibilidad de que el “Mal de la Vaca Loca” pudiera transmitirse a los seres humanos conmocionó al mundo en 1996. Efectivamente, en ese momento fueron denunciados unos 10 casos de una nueva variante de la denominada Enfermedad de Creutzfel Jacob (CJ), una afección rara y letal en humanos. Esta nueva variante fue interpretada como la manifestación en humanos de lo que ocurría en el ganado.
Se sospecha que la causa de la transmisión al hombre ha sido a través de la ingesta de alimentos elaborados con partes de rumiantes que han estado contaminados con EEB. Esto puede suceder si se come tejido nervioso (el cerebro y la médula espinal) de ganado que estuvo infectado por la enfermedad de las vacas locas. Esta afección tiene el mismo pronóstico fatal en humanos que en los animales, pues luego de la aparición de los primeros síntomas éstos no remiten hasta la muerte.
Situación en la Argentina y medidas adoptadas
La Argentina es un país libre de EEB. Ello significa que se han verificado todas las exigencias que la Organización Internacional de Epizootias (epidemias en animales) requiere para la vigilancia de esta enfermedad. Las medidas de control para prevenir el ingreso de la EEB en el área de la sanidad animal han sido encaradas por el Senasa, organismo que ha tomado los recaudos necesarios. Ello incluye la prohibición del ingreso de productos vivos de rumiantes de diversos países que han notificado casos, y la puesta en marcha de todas las recomendaciones internacionales. En cuanto al contagio en humanos, en nuestro país tampoco se han reportado casos de la nueva variante de CJ.
Por su parte, la ANMAT ha puesto en marcha normativas tendientes a garantizar el control de los insumos aptos para consumo, tanto en alimentos (incluyendo suplementos dietarios), como en medicamentos, cosméticos y tecnología médica.
La variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (vCJD) ocasiona daños en el cerebro con el tiempo. Es mortal. Los síntomas incluyen:
- -Hormigueo, ardor o picazón en la cara, las manos, los pies y las piernas. Pero hay enfermedades mucho más comunes que provocan estos mismos síntomas por lo cual, tener hormigueo en partes del cuerpo, no significa haberla contraído.
- -Demencia.
- -Conducta psicótica.
- -Problemas para mover partes del cuerpo. A medida que la enfermedad empeora, la persona ya no puede caminar.
- -Estado de coma.
Si una persona come tejido nervioso de una vaca infectada, es posible que no se sienta mal de inmediato. El tiempo que tardan los síntomas en presentarse después de que usted haya estado expuesto a la enfermedad no se sabe con certeza, pero los expertos piensan que son años.