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Arzobispado de Rosario: «Nuestra dignidad es vulnerada por la violencia que nos angustia, restringe la libertad y enluta»


"El narcotráfico es un negocio de macabros intereses, cuyo crecimiento no podemos explicar a no ser que esté cobijado por sectores del poder", remarcó la organización que encabeza el Monseñor Eduardo Martín

El Arzobispado de Rosario subrayó que la violencia narco en la ciudad santafesina «angustia, restringe la libertad y enluta» y alertó que el crecimiento del negocio de la droga no se puede explicar «a no ser que esté cobijado por sectores del poder».

A través de un duro comunicado, el Equipo Arquidiocesano de Pastoral Social de Rosario afirmó que el distrito «vive en circunstancias cuya injusticia clama al cielo» y explicó que de esa manera se refería Pablo VI «a la situación de poblaciones enteras faltas de lo necesario para una vida humanamente digna».

«Y esto es lo que nos pasa. Nuestra dignidad es desconocida y vulnerada. No solamente por la pobreza que castiga a grandes sectores sino también por la violencia que nos angustia, restringe nuestra libertad y enluta», lanzó la Iglesia.

En ese sentido, el Arzobispado aseguró que «la falta de empleo, de salud, de educación, de horizontes de sentido para la vida, un sistema previsional debilitado, instituciones públicas degradas, los atentados al medioambiente, la decadencia ética, han generado un terreno propicio para que arraiguen las adicciones y el narcotráfico».

«El narcotráfico es un negocio de macabros intereses, cuyo crecimiento no podemos explicar a no ser que esté cobijado por sectores del poder», remarcó.

En medio de una escalada en la ola de violencia que desde hace varios envuelve a Rosario, la Iglesia afirmó que «la injusticia crece y más clama al cielo por la falta de respuestas de los distintos niveles del Estado representados por magistrados y funcionarios designados legalmente en democracia y cuyo poder queda deslegitimado por un ejercicio de este que no genera las políticas públicas lúcidas, decididas y valientes necesarias y que tantas veces se han reclamado».

Y añadió: «Nadie puede decir que no tiene responsabilidades ni algo que aportar a la solución, pero son las autoridades las que cuentan con mayores recursos tanto para eliminar las causas como las nefastas consecuencias de la violencia criminal».

El Arzobispado pidió a la Virgen del Rosario que «inspire a toda la ciudadanía, pero especialmente a la dirigencia política, económica y social, para que dejando de lado intereses y mezquindades arriben a los consensos imprescindibles que deberán ser la base de esas políticas públicas lúcidas, decididas y valientes a implementar por los magistrados y funcionarios actuales, y los que en cada oportunidad sean elegidos democráticamente».

«Sólo así se podrá lograr la Paz tan largamente anhelada que posibilite la convivencia fraterna que nos merecemos», concluyó el fuerte comunicado.