Por José Odisio
Por José Odisio
Gabriel Heinze juega con crédito del hincha. Es lógico, desde lo objetivo y lo pasional. La confianza en el Gringo se mantiene intacta y no perderá terreno aunque los resultados tarden un poco en aparecer.
Más allá del crédito con la gente, el inicio del torneo empieza a poner otra mirada en el equipo y las exigencias son mayores. Y el estreno con Platense abrió muchos interrogantes.
Newell’s no jugó bien. El propio Heinze reconoció que hizo poco y nada de lo trabajado en pretemporada. Y para peor, hubo rendimientos individuales muy pobres. Hoyos encabezó la lista de los reprobados (culpable de no ganar), pero tampoco fue bueno lo de la defensa, en especial Pittón; el mediocampo construyó poco juego y arriba faltó más peso, aunque Panchito González tuvo una actuación que ilusiona.
A pesar de esos errores y fallas, Newell’s no perdió. Y en un fútbol argentino lleno de mediocridad que empareja, no está mal debutar sin derrota, aunque el rival no sea de los más temibles.
Obviamente falta acoplar refuerzos. Jorge Recalde y Jherson Mosquera son dos apuestas fuertes y deberían darle más calidad al equipo. Y los lesionados Ferreira y Portillo son piezas en las que Heinze confía. Con ellos, algún refuerzo más y un equipo más rodado todo puede mejorar. Aunque el Gringo dejó una frase post partido que será clave: hay que tener más valentía para jugar.
Heinze es un técnico ambicioso, que prefiere correr riesgos en busca de su objetivo. Y ese puede ser el primer problema a resolver con los futbolistas.
Animarse a transitar por terrenos donde se puede fallar y quedar expuestos, pero sabiendo que es el camino diseñado por el entrenador. Si lo logran, todo será más sencillo y el sello Heinze será más fácil de ver en cancha.