Ariel Walter Gómez, que se encontraba vendiendo hamburguesas, fue alcanzado circunstancialmente por un proyectil y falleció en el Hospital Municipal
Un vendedor de hamburguesas fue asesinado de un balazo y otras seis personas quedaron heridas al ser atacados por al menos un hombre armado durante una discusión que se inició en medio de un corso barrial en la localidad bonaerense de Llavallol, informaron hoy fuentes policiales y judiciales.
El episodio ocurrió ayer, cerca de las 5.30, en el cruce de las calles Doyhenard y 1° de Marzo, de la mencionada localidad del sudoeste del partido bonaerense de Lomas de Zamora.
La policía llegó al lugar tras un llamado al 911 que alertaba sobre disparos en medio del festejo barrial.
Según los voceros, todo se inició cuando un grupo de personas consumía estupefacientes y otros participantes del corso les recriminaron esa conducta ya que había niños presentes.
En ese contexto, se inició una discusión que luego desencadenó en una balacera, cuando una persona extrajo un arma y comenzó a disparar.
Como consecuencia de los disparos, un hombre identificado como Ariel Walter Gómez (38), que se encontraba vendiendo hamburguesas en el corso, fue alcanzado circunstancialmente por un proyectil y falleció en el Hospital Municipal de Llavallol producto de un balazo en el abdomen.
A su vez, otras seis personas resultaron heridas en el tiroteo, por lo que fueron trasladadas al mencionado centro de salud y ninguna de ellas corría riesgo de vida, indicaron las fuentes.
Una de ellas fue Laura, que recibió un impacto de bala en su muslo derecho y relató a la prensa la situación en la que recibió el disparo.
«En el corso empezamos a escuchar una serie de ruidos, corrimos y sentí que me quemó algo. Cuando subí la escalera siento que se me desgarra toda la pierna y ahí caigo. Me asistieron los vecinos que me llevaron al hospital», recordó en diálogo con C5N.
Sobre su estado de salud, la mujer señaló: «Me dio arriba de la rodilla. Por suerte quedó en el músculo nada más. Por ahora tengo que hacer reposo y no puedo mover la pierna».
Además, Laura describió a Walter como «un muy buen pibe» y que «nunca había pasado un suceso similar en el barrio».
«Él era trabajador. Tenía un nene y una nena. A la mujer le destrozaron la vida y a toda su familia que era muy unida también. Él era muy tranquilo, no se metía con nadie en el barrio. Nunca antes había pasado un episodio similar. Este año, que se hizo el corso, era todo familiar. Había chicos chiquitos bailando en la calle y las familias sentadas en la vereda. Es un loco que ni siquiera fue capaz de tirar para arriba», contó sobre el tirador.
Por otro lado, la hermana del fallecido, Yanina Gómez, indicó que se encontraba con él cuando fue herido: «De repente se empezaron a escuchar disparos, que pensamos que eran cohetes. Pero las detonaciones seguían y ahí nos dimos cuenta que eran tiros. Salimos a buscar a nuestros hijos y bajamos los dos a la calle».
En ese momento, Yanina sostuvo que comenzó a correr y luego vio caer a su hermano detrás suyo.
«Pensé que le habían dado un tiro en la pierna. Me di vuelta y le pregunté qué le pasaba y si estaba bien, pero él solo me dijo que me fije cómo estaban los chicos», recordó la hermana de Walter, que describió al corso como un lugar en el que «había mucha gente y muchos chicos jugando».
Al respecto la mujer aclaró que los tiros no consistieron en un ataque particular contra su hermano, sino que «fue a un montón de gente» y que «le podría haber dado a cualquiera».
«No sé por qué disparó. Parece que había una familia que le dijo si se podía correr un poco porque estaba fumando porro. Nada más», aseguró.
Por su parte, los efectivos que arribaron al lugar instantes después de comenzados los disparos detuvieron a dos hombres cuando intentaban huir del lugar.
Ambos fueron identificados como Julián Nahuel Aranda (21), quien habría sido el autor de los disparos, y Axel Sandro Pacheco (23).
En su poder, los efectivos secuestraron una pistola Bersa con la numeración suprimida, ocho municiones en el cargador (una en recámara) y 53 municiones intactas del mismo calibre en una caja que se hallaba dentro de una bandolera negra que los hombres tiraron al suelo en su huida.
El caso quedó en manos de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 de Lomas de Zamora, a cargo del fiscal Javier Gramajo, quien imputó los detenidos por el delito de «homicidio simple y tentativa de homicidio».