Hasta el momento fallecieron 10 militares y 19 presuntos delincuentes tras el despliegue de 4.500 efectivos policiales en Culiacán
La operación para detener en Culiacán a Ovidio Guzmán, hijo del encarcelado narcotraficante Joaquín «El Chapo» Guzmán y líder de un cártel, dejó 10 militares y 19 presuntos delincuentes muertos, informó hoy el Gobierno mexicano, que desplegó a unos 4.500 efectivos para controlar la ciudad ubicada en el noroeste del país que se convirtió ayer en un escenario de guerra.
«Diez militares (…) lamentablemente perdieron la vida en cumplimiento de su deber», dijo a la prensa el secretario de Defensa, Luis Cresencio Sandoval, quien agregó que además se «contabilizaron 19 fallecidos por parte de los transgresores de la ley», citó la agencia de noticias AFP.
Tras la detención de Guzmán, de 32 años y reclamado por Estados Unidos, el cártel de Sinaloa lanzó una ofensiva para rescatar a su jefe.
Las fuerzas de seguridad retiraron hoy decenas de autos robados e incendiados a lo largo de la ciudad, de 800.000 habitantes, en cuyas calles se libraron el jueves feroces batallas que alcanzaron el aeropuerto internacional y provocaron escenas de pánico entre la población.
Un coronel que comandaba un batallón de infantería se encuentra entre los muertos, luego de que su patrulla fuera atacada durante los operativos posteriores a la captura de Guzmán hijo, apodado «El Ratón», detalló Sandoval.
Otros 35 militares sufrieron heridas de bala y recibieron atención hospitalaria, mientras que 21 delincuentes fueron arrestados.
«No se tiene información de ningún civil inocente que haya perdido la vida», destacó Sandoval durante la conferencia diaria del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, quien apuntó por su parte que la operación se concretó «de manera responsable» para «cuidar a la población civil».
Según Sandoval, el operativo se concretó después de seis meses de trabajo de inteligencia y para el mismo se tomó como experiencia la fallida captura de Guzmán de 2019, conocida como Culiacanazo.
Por su parte, López Obrador dijo que «hay una calma en estas últimas horas» en la ciudad.
«No compartimos la interpretación de que la recaptura de Ovidio Guzmán es una entrega a (el presidente estadounidense) Joe Biden, nosotros actuamos con autonomía», advirtió además el mandatario, según consignó el periódico El Universal.
El presidente reiteró que «no hubo intervención de Estados Unidos en la recaptura de Ovidio Guzmán» pero sí cooperación entre ambos países, indicó la agencia de noticias Europa Press.
La operación se da a dos días de la llegada de Biden a México, donde tiene previsto reunirse entre el lunes y martes en una cumbre de líderes de América del Norte con López Obrador y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau.
En medio de la ofensiva de los integrantes del cártel de Sinaloa para rescatar a su jefe también fueron impactados un avión de pasajeros -momentos antes de despegar- y dos aeronaves de la Fuerza Aérea mexicana, que tuvieron que hacer aterrizajes de emergencia.
Aterrorizados, los pasajeros debieron tirarse al suelo para ponerse a salvo, según imágenes grabadas por ellos mismos y difundidas en redes sociales. Los trabajadores aeroportuarios también vivieron momentos de pánico y debieron abandonar rápidamente los mostradores.
El aeropuerto internacional de Culiacán volvió a operar hoy, después de haber cerrado el jueves por razones de seguridad.
«El Comité Local de Seguridad Aeroportuaria ha evaluado las condiciones actuales y ha determinado la apertura del aeropuerto» a partir de las 10 horas (13 de Argentina), señaló la terminal aérea en su cuenta de Twitter.
Guzmán, de quien hasta ahora solo se publicó una imagen en la que se lo ve con barba y subiendo al helicóptero que lo trasladó a la cárcel, tiene varias cuentas pendientes con la justicia mexicana, por lo que en principio no sería extraditado inmediatamente a Estados Unidos, según informó el gobierno.
«El Ratón» se encuentra recluido en El Altiplano, la cárcel de alta seguridad de donde se fugó su padre en 2015 antes de ser recapturado y condenado a prisión perpetua en Estados Unidos.
Guzmán está acusado de liderar la fracción Los Menores, cercana al cártel del Pacífico (o cártel de Sinaloa).
El líder de los «Chapitos», como se conoce a los herederos del «Chapo» Guzmán, ya había sido detenido el 17 de octubre de 2019 en Culiacán, pero fue liberado por orden de López Obrador en medio de una asonada de la organización criminal, apuntó la agencia de noticias AFP.
El mandatario defendió entonces su decisión y afirmó que se evitó un baño de sangre, cuando contingentes militares quedaron rodeados por civiles con armas largas.
López Obrador destacó que esta vez fue «completamente distinta», pues la operación se ejecutó en la periferia y no en pleno centro de Culiacán, para no poner en riesgo a la población.
Washington asegura que Ovidio Guzmán y su hermano Joaquín «El Güero» lideran y controlan las operaciones de tráfico de drogas de una célula criminal amparada por el cártel.
Por ello, ambos están acusados formalmente de conspiración para traficar cocaína hacia Estados Unidos, en una corte del Distrito de Columbia, con lo que también se mantiene una solicitud de extradición vigente.
Washington ofrecía además cinco millones de dólares por la captura de «El Ratón» desde diciembre de 2021,
Fundado hace cuatro décadas por el «Chapo», el cártel de Sinaloa es considerado por la agencia estadounidense DEA como el principal responsable del tráfico de fentanilo, una droga 50 veces más potente que la heroína y que ha causado numerosas muertes por sobredosis en ese país.
«Los hermanos Guzmán López están supervisando actualmente aproximadamente once laboratorios de metanfetamina en el estado de Sinaloa que producen entre 3.000 y 5.000 libras (entre 1.400 y 2.200 kilos) de metanfetamina al mes. La metanfetamina se vende al por mayor a otros miembros de Sinaloa y a distribuidores con sede en Estados Unidos y Canadá», dijo uno de los últimos reportes oficiales del Departamento de Estado de EEUU.
Según cifras oficiales, México registra más de 340.000 asesinatos, la mayoría atribuidos a grupos criminales, desde que en 2006 el gobierno del entonces presidente Felipe Calderón (2006-2012) lanzó una estrategia antidrogas con participación activa de fuerzas militares. A partir de ese año también se dispararon los casos de desaparecidos, que suman unos 108.000.