Los diputados rusos adoptaron este miércoles una impopular reforma que sube la edad de la jubilación por primera vez desde el periodo soviético y que desató un gran descontento entre la población.
El texto, con los cambios propuestos por el presidente Vladimir Putin, fue aprobado por 326 votos a favor, 59 en contra y una abstención en segunda lectura.
Queda pendiente una tercera y el voto de los senadores pero esto se considera una mera formalidad.
Este texto originó varias huelgas e inesperados reveses electorales para el partido en el poder de Putin.
EL presidente, enfrentado a un inhabitual descontento que provocó la caída de su popularidad, había consentido en limitar el aumento de la edad de jubilación de las mujeres de los 55 a solamente 60 años, en lugar de los 63 originales.
Los diputados rusos también adoptaron otras medidas preconizadas por Putin, tales como la jubilación anticipada para las madres de familia numerosa, el mantenimiento de beneficios para algunas profesiones como los mineros, y la introducción de sanciones penales para empresas que despidan a trabajadores que se acercan a la edad de la jubilación.
El rechazo al proyecto de reforma de las jubilaciones, medida anunciada el día del inicio del Mundial de fútbol en Rusia el 14 de junio, es uno de los temas esgrimidos por la oposición y suscita la cólera del partido comunista.
Hubo manifestaciones este miércoles ante la Duma, la cámara baja del Parlamento ruso, donde el texto fue examinado, con pancartas criticando al primer ministro Dimitri Medvedev, quien había propuesto la reforma en junio.
El opositor de extrema izquierda, Serguei Udaltsov se hallaba presente, portando una pancarta en la que se podía leer: «¡El aumento de la edad de jubilación es un genocidio!», según constató un fotógrafo de la AFP.
Los opositores a la reforma afirman que muchos rusos, en especial los hombres –cuya esperanza de vida no supera los 66 años– no podrán apenas disfrutar de su jubilación.
El martes, varios militantes anunciaron haber transmitido a la administración presidencial una petición firmada por un millón de personas pidiendo que se abandonara la reforma.