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Melchora, el primer nanosatélite argentino que medirá la huella de carbono de la selva paranaense


Diseñado y creado en Misiones y pionero en su tipo en América Latina, orbitará sobre un sector de unos 6 millones de hectáreas

Melchora, el primer nanosatélite diseñado y creado en Misiones y pionero en su tipo en América Latina, orbitará la selva paranaense este año para medir la huella de carbono del pulmón más importante de la región, informaron desde la empresa público-privada que encabeza el proyecto.

Originalmente, la selva paranaense cubría 100 millones de hectáreas al sur de Brasil, el oriente de Paraguay y el noroeste de la Argentina pero, en la actualidad, perduran tan sólo 5,8 millones de hectáreas, de las cuales Misiones alberga el núcleo mejor conservado.

El director ejecutivo de la empresa público-privada FanIOT, Martín Bueno, precisó en diálogo con Télam que el proyecto es un programa que «está integrado o desarrollado dentro de FanSat, que es la unidad de negocios satelital de FanIOT, y que está localizada en el norte de Misiones, en la ciudad de Oberá».

El nanosatélite, que fue bautizado en homenaje a la caudilla federalista Melchora Caburú, compañera del comandante Andresito Guacurarí, «va estar disponible en la órbita baja durante este año y va a poder medir la absorción y emisión de CO2 de la selva misionera», dijo Bueno.

También remarcó que es «único en su diseño en Latinoamérica y la Argentina».

«Como todos saben, Misiones es el pulmón de la Argentina y de Latinoamérica junto con Brasil, así que medir estas absorciones de CO2 nos va a permitir también monitorear y saber cómo trabaja la selva misionera en la relación con el cuidado del medioambiente y la huella de carbono», remarcó el ejecutivo.

En cuanto a si existe algún antecedente o registros de la huella de carbono, Bueno comentó que éste «va a ser el primero».

Sin embargo, aclaró que «obviamente hay satélites que pueden medir diferentes tipos de niveles de gases, que son satélites que ya existen, que trabajan con una tecnología óptica».

«La nuestra es otra tecnología, ya que el proceso de medición se hace a través de sensores en tierra», remarcó.

«Cada 50, 100 hectáreas, habrá sensores que van estar conectados con un panel solar. Ese sensor emitirá un dato, que no lo puede trasmitir a nadie, porque no hay internet. Entonces, cuando pase el nanosatélite cada nueve horas sobre la selva misionera, todos estos sensores en tierra van a subir esa información», precisó.

Sobre la información que recoja Melchora, Bueno indicó que el «modelo de medición CO2 va a tener un grado de exactitud muy importante».

«Esta metodología de trabajar con un nanosatélite IOT, con sensores en tierra, es única en Latinoamérica. O sea que Misiones está desarrollando también esta tecnología de última generación y es algo para destacar», remarcó.

Por otra parte, destacó el apoyo que recibió de Nación para el desarrollo de este proyecto.

«El proyecto fue financiado en partes por la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i), que preside Fernando Peirano, con un aporte inicial de Aportes No Reintegrables (ANR) de 35 millones de pesos, más 5 millones del Consejo Federal de Ciencia y Tecnología (COFECyT)», destacó.

Consultado por esta articulación entre tecnología y medio ambiente, Martín destacó que «el proyecto de Melchora va a tener un impacto muy importante en lo que es el tema del medioambiente, que es una prioridad para el gobierno de Misiones y obviamente para la Argentina», y, particularmente «para el desarrollo que se propone FanSat».

«No solamente fue la visión nuestra, sino que los ministerios de Ecología, de Cambio Climático también se sumaron a esta mesa de trabajo para dar una dirección al proyecto, es decir que no fue solamente una visión de nuestra empresa hacia dónde debíamos ir, sino que integramos a estos ministerios y la Universidad Nacional de Misiones», indicó.

«Ahora hay que hacer que Melchora junte horas de vuelo, que esté trabajando fuera de la atmósfera, obviamente hacer mediciones, monitorear, ver las temperaturas que se están generando dentro de las estructuras para empezar a mejorar», abundó.

«Nuestro anhelo es que este nanosatélite sea el primero de muchos que se puedan lanzar y que puedan estar haciendo diferentes mediciones de otros tipos también. Incluso, por qué no, que sirva para crear una red de satélites propios comunicados entre sí, para tener una conexión de datos mucha más activa y no cada un tiempo determinado», continuó.

En cuanto a la fecha del lanzamiento de Melchora, el director ejecutivo dijo que está previsto para este año pero aclaró que, primero, deben «terminar tres tipos de ensayos que se van a hacer en el INVAP, en (la ciudad de San Carlos de) Bariloche».

Asimismo, adelantó que son varias las empresas con las que hoy se está conversando para el lanzamiento, como SpaceX, una de Nueva Zelanda y otra de Alemania.

«Poner este nanosatélite en una órbita baja va estar en alrededor de 70 y 120 mil dólares; ése es el valor de lo que sale hoy en día colocarlo en una órbita determinada por algunas de estas empresas», comentó Bueno.

Por último, resaltó el trabajo y la gente que estuvo atrás del proyecto misionero: «No es el satélite en sí sino lo que hay atrás, la gente que trabajó, los equipos, las capacitaciones que tuvieron que hacer; todo lo que hay atrás es el gran significado».