Ciudad

La Iglesia católica y una mirada dura y crítica de Rosario: violencia, inseguridad y pobreza


Monseñor Emilio Cardarelli, Vicario General del Arzobispado, y Marcelo Franchini, párroco de la San Cayetano, hicieron un análisis de este 2022 en la ciudad

Por Sofía Dalonse – EQC Noticias y CLG Noticias

De cara al cierre de este año 2022, la Iglesia católica de Rosario envió su mensaje a la comunidad tras analizar la situación actual del país. Referentes de la ciudad expresaron su punto de vista y manifestaron su reflexión en el marco de la celebración de las fiestas de fin de año.

Monseñor Emilio Cardarelli, Vicario General del Arzobispado, se refirió a la crisis actual y señaló: «Nadie escapa al difícil momento que estamos viviendo a nivel socio económico en nuestro país con un 43,1% de pobres y 8,1% de indigentes«.

Asimismo, habló de la violencia extrema que existe en Rosario y las cifras alarmantes de muertes: «Al 11 de diciembre llevábamos alrededor de 271 homicidios dolosos y un 12% de ellos eran víctimas inocentes, ajenas a las disputas entre narcos. Bebés, niños y adolescentes muertos».

En la misma línea, Marcelo Franchini, Párroco de la Iglesia San Cayetano, realizó un balance del 2022 y aseguró que la violencia en Rosario es un tema más que preocupante: «Existe una cultura de la muerte, adicciones, violencia vandalismo; cosas que nos entristecen y nos hacen mucho daño. Lo que se refleja en los medios de comunicación es un panorama complicado en lo social e institucional, sobre todo en la provincia»

Y continuó: «Hay mucha pobreza y degradación cultural, falta la Justicia para regular la vida social; nos cuenta organizarnos como sociedad».

Franchini destacó que la crisis económica se traduce en la falta de trabajo: «Un trabajo digno y para todos, que nos permita un ascenso social. Eso se perdió, había una clase media que hoy se ha deteriorado, incluso a nivel educativo. Se ha reducido muchísimo la calidad educativa en todos los niveles».

Asimismo, sostuvo que para generar cambios positivos en la sociedad hay que terminar con las grietas : «No veo una Argentina próspera y sana, sino que veo una decadencia cultural y económica que a nadie le sirve, y muy ideologizada, lo cual no permite buscar herramientas comunes para salir adelante. Cada uno quiere imponer ideas, que incluso son foráneas, ni siquiera son nuestras»

No obstante, manifestó que hay cosas que le generan esperanza: «Veo que hay mucha gente que es crítica y tiene un corazón sano. Creo en la gente de abajo y que las cosas se construyen desde la base».

Y continuó: «No se puede apagar la naturaleza humana, creo que va a surgir una rebeldía sana de los jóvenes que quieren algo mejor y va a hacer fuerza para conseguir un cambio social ascendente, aunque muchas cosas están viciadas para nuestros jóvenes. Esperemos que este año se manifieste en querer algo mejor; muchos ante la imposibilidad de crecer se han ido del país, pero hay mucha gente que quiere salir adelante».

El párroco de San Cayetano consideró que ante la negativa la gente se da cuenta del valor del trabajo: «Lo necesita para ganar dinero, pero también para ser lo mejor que pueda ser. El trabajo es una manera de desarrollarse y manifestarse como persona humana y creo que hoy mucha gente lo necesita para expresarse y para ser alguien».

 

Finalmente, expresó: «Dios no dice que los cambios para prosperar, mejorar y crecer vienen desde abajo. Si los políticos, organizadores de la sociedad, no respetan a los de más abajo esos cambios no son buenos. Los cambios buenos vienen cuando se comprende la realidad del de abajo», cerró.