Lautaro Morello tenía 18 años y era buscado desde el pasado viernes, cuando salió a festejar el triunfo de Argentina ante Países Bajos
El cuerpo de uno de los jóvenes que permanecían desaparecidos desde la semana pasada en el partido bonaerense de Florencio Varela fue encontrado hoy semicalcinado en la localidad de Guernica.
Según confirmaron fuentes policiales a Noticias Argentinas, se trata del cuerpo de Lautaro Morello, quien tenía 18 años, y era buscado junto a Lucas Escalante, de 26.
Ambos habían salido a festejar el pasado viernes el triunfo de la Selección argentina frente a Países Bajos en los cuartos de final del Mundial Qatar 2022 y desde entonces nada se sabía de ellos.
Este jueves por la noche, un vecino de Longchamps halló un cuerpo boca abajo semicalcinado a la vera de la autopista en construcción «Buen Ayre», en Guernica.
En el mismo lugar del hallazgo del cuerpo, la Policía encontró una zapatilla marca Vans de color negra, similar a la que usaba Morello, un piercing y otra ropa, por lo que desde el principio se sospechaba que se trataba del joen de 18 años.
El fiscal Álvaro Garganta de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 de Presidente Perón, ordenó la operación de autopsia al cuerpo y el relevamiento de huellas en el lugar del hallazgo.
Morello y Escalante fueron vistos por última vez el pasado viernes cuando se fueron en un auto BMW perteneciente a Escalante, a festejar en un boliche la clasificación argentina a las semifinales del Mundial de Qatar 2022, según le dijo a la Policía la madre de Morello.
Tras varios días de búsqueda y de investigación, se pudo establecer un último contacto telefónico con los jóvenes alrededor de las 22:30 del viernes y el sábado 10 de diciembre se encontró el BMW incinerado a un costado de la ruta 6, en la zona platense de Abasto.
Este jueves, el padre de Lucas, Hilario Escalante, habló ante los medios y sostuvo: «Hace 32 años estoy en Varela, todos son amigos, ¿por qué salta que estoy escondido?».
Esta pregunta que hizo el padre surge de la hipótesis de que los jóvenes estaban secuestrados por problemas relacionados al trabajo de Hilario, quién es dueño de una empresa importante de construcción en esa localidad.
«Yo me dedico a la construcción acá en la zona. No tengo ningún roce con ningún colega, no creo que tengan quejas de mi», manifestó.