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Padre Pepe: “En Rosario tenemos lo que veíamos como lejano cuando ocurría en México»


Tiger Woods of the US holds a victory trophy during the awarding ceremony of the PGA ZOZO Championship golf tournament at the Narashino Country Club in Inzai, Chiba prefecture on October 28, 2019. (Photo by TOSHIFUMI KITAMURA / AFP)

El sacerdote José María Di Paola pasó por la ciudad para exigir «ni un pibe menos por la droga» y habló de la situación actual 

Por Sofía Dalonse – EQC Noticias y CLG Noticias

El padre José María “Pepe” Di Paola encabezó días atrás una nueva manifestación en Rosario para exigir respuestas al Estado ante la problemática de los consumos problemáticos en jóvenes. Bajo el lema «Ni un pibe menos por la droga», el cura impulsa una peregrinación que ya recorrió diversos puntos del país, y tiene como objetivo promover las «3C»: Colegio, Capilla, Clubes.

La convocatoria de alcance nacional llegó a Rosario en el marco de un contexto de violencia, muerte y altos niveles de consumo producto del narcotráfico. Inició en plaza López para movilizar luego al Monumento a la Bandera donde se llevó a cabo un gran festival.

Di Paola trabajó durante 14 años en las villas porteñas y debió trasladarse a Santiago del Estero después de haber sido amenazado por denunciar al narcotráfico. Luego, retornó a su labor en el conurbano bonaerense y actualmente coordina los Hogares de Cristo que reúne a unos 150 centros barriales en todo el país, incluso en Rosario.

Al referirse al lema “Ni Un Pibe Menos por la Droga”, que se viene predicando a través del paso de la peregrinación por todas las provincias, el Padre comentó que “es un trabajo que nos une a todos los Argentinos y todos podemos hacer algo.. es un lema que nos une más allá de cualquier bandería política”.

En este sentido, sostuvo que deben trabajarse dos pautas. Por un lado, el abordaje en territorio y, por otro, el abordaje integral de las adicciones: «Que la mamá o el chico puedan tener un lugar cercano en el propio barrio. Después si la persona necesita un abordaje más específico, vinculado a un estado cercano que mantenga este trabajo como una prioridad y mantenga su ayuda a las organizaciones, puede haber una combinación muy valiosa entre lo que realizamos nosotros en algunas parroquias, más alguna vinculación con los recursos del Estado”.

Sobre la misión fundamental de los Curas Villeros, destacó: «Lo más importante es que tratamos de presentar una parroquia popular, no somos asistentes sociales, somos sacerdote; nuestra misión es la evangelización, pero la evangelización si no está cercana y ligada a lo concreto del hermano, realmente no tiene la solidez que debería tener”.

Al analizar la situación de Rosario, el padre Pepe consideró que “tiene una realidad parecida a los grandes centros urbanos» y no le extraña la cantidad de muertos producto del narcotráfico ya que “hoy tenemos acá lo que veíamos como lejano cuando ocurría en México donde la muerte se hacía presente por culpa de la droga”.

Matías Dalla Fontana hace tiempo que acompaña al Padre Pepe en esta iniciativa. El ex jugador de rugby de la selección nacional Los Pumas y psicólogo santafesino impulsa el desarrollo de propuestas deportivas que se integren a la prevención y al abordaje específico de tratamientos.

Al hablar del abordaje propuesto por los Curas Villeros de las 3C, señaló que “justamente en el propio método está abierta la puerta para los laicos que queremos dedicarnos a este tipo de misiones desde el deporte, o la salud, o los voluntariados.; es un modelo que permite en sí mismo la participación en un sistema barrial que esté a la altura de las circunstancias. Debería ser implementado en todo el país, barrio por barrio y por sobre cualquier diferencia ideológica o política”.

Según explicó, el problema de la droga devino en un desafío epidémico: «Es decir, ha adquirido una escala que es imposible de contener y mucho menos resolverse solamente desde las herramientas y estructuras que el estado implica, por eso es imperioso una redefinición que incluya el concepto de comunidad organizada como rectoría: una planificación que implique la descentralización de recursos puestos en las instituciones de la comunidad».

Al concluir, habló de la necesidad de un planteo de tratamiento «que intrínsecamente ponga en cada acto el reconocimiento del valor del cuerpo, el cultivo de la mente y la recuperación activa de un sentido de la vida con perspectiva de trascendencia en el proyecto de la persona, la familia, del barrio y de la Nación”.