Mario Sciacqua asumió hoy como nuevo entrenador de Patronato de Paraná, en reemplazo de Juan Pablo Pumpido, y se mostró esperanzado con poder revertir el presente del equipo y lograr la permanencia en la Superliga, el principal objetivo de la temporada.
«Tengo sensaciones un poco encontradas. El sábado me llamaron. Uno siempre va viendo las opciones laborales y yo estaba muy convencido de que podía hacer primera división. Iba viendo los planteles. Cuando llegó el llamado hablé con la gente que me representa, con mis ayudantes, averigüé algunas cosas del plantel. Agradezco a Dios que me hayan llamado para ser DT de Patronato», indicó en conferencia de prensa.
Sciacqua tuvo el primer contacto con el plantel rojinegro y admitió que charló telefónicamente con Pumpido, el DT saliente, luego del mal arranque en la Superliga.
«Patronato es un club del que siempre estuve cerca, nunca se dio, este es el momento. Lo hablé con mi familia. Estoy muy entusiasmado, tengo mucha fe. Me corre por la sangre la misma sensación que cuando empecé a entrenar, de mucho entusiasmo.
Quiero trasladarle a los jugadores no solo los conceptos, sino lo que es jugar en la Superliga, lo que es representar un club, lo que también es no estar en la Superliga», explicó.
Y agregó: «Si vengo es porque tengo fe y confianza, se los dije a los jugadores. Me ha tocado pasar situaciones similares con Olimpo, que estaba peor; con Gimnasia y Esgrima de Jujuy ocurrió lo mismo, y zafamos. Tengo fe pero laburo, tengo un equipo y hablé con los utileros y kinesiólogos de Patronato.
Esto es de todos, pero los que entran a jugar son los jugadores».
Respecto a cómo vio al equipo luego del primer entrenamiento, reconoció que «hay bronca y enojo» por el presente.
«Está bien porque si estás adelante del arco, errás un gol y te da lo mismo, ponete un kiosco», graficó en forma de broma.
«Yo vivo intensamente, pero prefiero vivir así y no tener una pachorra. Me gusta caminar la cancha, estar abajo del sol.
No me van a ver debajo de un árbol tomando sombra. Si vivo así a los jugadores les traslado que vivan, que sientan, que no les dé lo mismo. Que duela, que defiendan, que ataquen. Es una cuestión de compromiso, pero si se tiene y se lo desarrolla a media máquina no sirve, hay que transmitirlo al 100%. Quiero movilizarlos, que estén activos, les dije que se hablen en la cancha. El hecho de haber tenido la posibilidad de ser futbolista y no aprovecharla me hizo dar cuenta de que hoy en día soy entrenador y tengo que tener otras cosas en cuenta», finalizó.