Participaron los argentinos Mario Kempes, Nery Pumpido, Ricardo Giusti, Jorge Valdano, entre otros excompañeros del Pelusa en la selección
Enviados especiales – Télam
El presidente de la FIFA, el suizo Gianni Infantino; su homólogo de la Conmebol, el paraguayo Alejandro Domínguez, y el titular de la AFA, Claudio Tapia, se reunieron hoy en Doha para homenajear al astro argentino Diego Armando Maradona en el segundo aniversario de su muerte.
Las máximas autoridades del fútbol mundial, sudamericano y argentino encabezaron un acto del que participaron numerosas personalidades de este deporte, entre ellas los campeones de 1978 y 1986, en un espacio de la Conmebol montado en la exclusiva zona de Msheireb de la capital qatarí.
Participaron los argentinos Mario Kempes, Alberto Tarantini, Daniel Bertoni, Ubaldo Fillol, Julio Ricardo Villa, Omar Larrosa, Nery Pumpido, Ricardo Giusti, Ricardo Bochini, Carlos Tapia, Sergio Batista, Oscar Ruggeri, Jorge Valdano y Jorge Burruchaga, todos excompañeros de Diego en la Selección Argentina.
También se hicieron presentes el exDT de Argentina José Pekerman; el vicepresidente del Inter de Italia, Javier Zanetti; el actual entrenador del Atlético de Madrid, Diego Simeone, y la leyenda del Barcelona, el búlgaro Hristo Stoichkov, amigo del astro argentino.
La ceremonia a cielo abierto, presenciada por la prensa internacional y fanáticos de diversas nacionalidades, comenzó con la proyección de imágenes sobre su carrera, continuó con discursos de dirigentes y exjugadores y finalizó con el célebre relato de Víctor Hugo Morales en el Gol del Siglo, marcado a Inglaterra en los cuartos de final de México ’86.
«Para mí es una gran emoción estar aquí porque Diego es inmortal. Siento que está con nosotros. Cuando recibí la propuesta del presidente de la Conmebol para participar de este acto tardé un segundo y medio en decir que sí. Claro que iba a estar», contó Infantino.
El presidente de la FIFA invitó a «homenajear y celebrar a Diego» en el aniversario de su muerte, ocurrida el 25 de noviembre de 2020 por una descompensación cardíaca en una casa de la localidad bonaerense de Tigre, en la que permanecía aislado por un tratamiento a sus adicciones.
«Nos hizo llorar -recordó el suizo sobre sus hazañas-. Estamos enamorados de Diego y también contentos y orgullosos porque, después de nuestra llegada con Alejandro (Domínguez), pudo volver y disfrutar el Mundial de Rusia».
«Diego decía cosas sencillas pero con un impacto increíble. Fue líder en Argentina, Sudamérica y el mundo. Quisiéramos estar aquí con él», deseó Infantino antes de retirarse escoltado por su seguridad en un auto oficial del Mundial Qatar 2022.
Previamente, el paraguayo Domínguez, anfitrión del evento, calificó a la jornada como «un día muy especial para la Conmebol», que exhibió una estatua de cera de Maradona con la Copa del Mundo, alguna de sus camisetas de la Selección Argentina y fotos del astro en momentos de gloria deportiva.
«Diego es inmortal. Hoy le toca jugar otro partido, en otra cancha. Ese gol inolvidable marcó un antes y un después. Es justo recordar a alguien que contribuyó al crecimiento de lo que hoy es el Mundial de fútbol», valoró.
Domínguez admitió que le quedó «una charla pendiente» con Maradona, pero se alegró de haberlo «homenajeado en vida», en contraste con el apartamiento al que lo destinaron gestiones anteriores por la incorreción política del argentino.
«Hacer justicia es darle un reconocimiento en vida a los campeones. En Conmebol no había nada en homenaje a Maradona. Ahora lo honramos como se merece. Un beso al cielo para Diego», concluyó vestido con una remera de Maradona con el número 10 y la leyenda «capitán».
Posteriormente, Tarantini y Valdano expresaron palabras en representaciones de los planteles campeones del mundo del ’78 y ’86. «Diego nos pertenece a todos. El privilegio de los jugadores del ’86 es haber compartido su momento más glorioso», afirmó el exDT de Real Madrid.
«Durante el Mundial de México fue creciendo en su grado de inspiración. Como los grandes maestros de pintura hizo esbozos durante el torneo. Contra Uruguay fue imparable pero sólo significó un esbozo de su obra definitiva. Luego apareció en el momento justo, ante el rival justo (Inglaterra) y se transformó en prócer y leyenda», cerró.