Opinión

El peligro de Gran Hermano


Por Ariel Wolman. Periodista de espectáculos, columnista en Radio Rivadavia y panelista en el programa "Nosotros a la mañana" (El Trece).

«Gran Hermano 2022» arrasó con todo. No solo superó los 20 puntos en su debut sino que pudo sostenerlo durante la primera semana al aire. Y el éxito no solo se nota en la planilla de Kantar Ibope sino que también en las redes, en los negocios, en los colegios, en las oficinas. Todo es «GH»… hasta en el Gobierno.

Si, así como lo leíste. Incluso el Presidente se metió en el reality. En la semana la vocera Gabriela Cerruti salió a desmentir a uno de los participantes, Alfa, quien contó en un momento en GH que conocía a Alberto Fernández y que le había pagado varías veces coimas.

Repasemos: la vocera presidencial le dedicó unos minutos a lo que dijo un tipo encerrado en una casa, en una charla en la que faltaban el mate y los bizcochitos.

Pará, porque el tema no terminó acá. Después se aseguró de que el primer mandatario denunciará a Walter Santiago -así es cómo se llama realmente Alfa-, por eso mismo. Solo falta que diga que lo nominó y que lo votará para tratar de eliminarlo del reality.

Quizá sea un buen testimonio para el «Debate de Gran Hermano», el programa en donde se analiza lo que sucede en GH.

Hay que decir la posta: está muy bueno que un programa que se hace en la Argentina y le da trabajo a tanta gente tenga éxito.

Obviamente es mucho mejor que cuando esto sucede con una novela turca o brasileña.
Incluso el buen rating de GH le derrama audiencia a otros programas de Telefe, con lo cual el negocio termina siendo redondo. Claro que esto lo terminan padeciendo los otros canales, pero bueno, la competencia es así.

Pero el problema no es que midan menos los ciclos de El Trece, América, El Nueve, la TV Pública, Net TV o los canales de cable.

El riesgo es tomar en serio lo que sucede en GH cuando hay tantos problemas afuera de la casa.
Porque, cómo dije hace unas semanas, a los participantes no les va a faltar techo y comida, pero a los de afuera si. Y cada vez son más.

Entiendo que no cualquiera puede decir lo que se le ocurra. Pero… prioridades, ¿no?.

De todas maneras, el éxito de Gran Hermano es una buena noticia para el Gobierno. Había que esperar al 20 de noviembre para que la gente meta su cabeza en el mundial y la fecha se hacía cada día más larga.

Esto de GH vino bárbaro para calmar los ánimos. Porque ahora es todo Alfa, Martina, Mora, Thiago, Holder y el resto.
Capítulo aparte para la ex diputada Romina Uhrig, que contó sin tapujos que se hizo decenas de operaciones estéticas («con la nuestra», gritaron al unísono los televidentes frente a la TV, sin importar ideologías) y que apoyó una ley de cupo trans, porque a ella la crio una trans, explicó (como si hubiera tenido que hacerlo).

Se dice que GH es una especie de reflejo de cada sociedad. Quizás el casting de esta edición del reality lo haya logrado en el caso de la Argentina. Quizás no completamente. Pero tengan en cuenta que, según parece, no solo juegan los de adentro. Porque hasta el Presiente del país quiso meterse en el juego.

Termino la nota con el emoji del tipo que levanta las manos como diciendo «y qué le vamos a hacer», pero no sé cómo ponerlo en esta nota. Buena semana para todos.