Así lo expresó el Papa en un nuevo libro, en el que ofrece "diez pedidos en nombre de Dios" para lo que denomina como un "futuro de esperanza"
El papa Francisco consideró en un nuevo libro que es «inmoral tener armas atómicas y nucleares», al tiempo que advirtió que si se llegó a una guerra «es porque fracasó la política».
«Veo contradicción entre quienes revindican sus raíces cristianas y después impulsan conflictos bélicos como manera para resolver los intereses de parte», criticó el Papa en su nuevo libro, «Vi chiedo in nome di Dio» (Les pido en nombre de Dios), que se publica este martes en Italia y del que Télam da a conocer hoy un adelanto.
«Un buen político siempre debe apostar por la paz; un buen cristiano siempre debe elegir la vía del diálogo. Si llegamos a la guerra es porque fracasó la política. Y cada guerra que se inicia es también un fracaso de la humanidad», lamentó el pontífice.
En el libro, publicado por la editorial Piemme, Francisco ofrece «diez pedidos en nombre de Dios» para lo que denomina como un «futuro de esperanza» y, en el marco del próximo décimo aniversario de su elección que se conmemora el 13 de marzo, dedica cada capítulo a un tema de actualidad, entre ellos la lucha a los abusos, la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, el rechazo a las fake news y los discursos de odio y su pedido de «una política que trabaje por el bien común».
«Quiero convocar a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a que me acompañen a tener esperanza en el mundo que viene», propone Francisco desde la introducción de la obra.
Sobre el tema de la guerra, en medio del conflicto entre Rusia y Ucrania, el Papa consideró además que «tener armas nucleares y atómicas es inmoral», al punto que pidió una reforma de la ONU por considerar que el organismo «ha demostrado sus límites».
«Cuando hablamos de paz y de seguridad a nivel mundial, la primera organización en la que pensamos es Naciones Unidas, y en particular, su Consejo de Seguridad», afirmó.
«En tiempos de guerra, es fundamental afirmar que necesitamos más multilateralismo, y un multilateralismo mejor», agregó, y lamentó que la ONU «ya no responde a las nuevas realidades».
Para Francisco, «equivocan el camino quienes piensan que son un atajo respecto del diálogo, el respeto y la confianza, únicos senderos que pueden realmente garantizar una convivencia pacífica y fraterna a la humanidad».
«Hoy es inaceptable e inconcebible que se sigan volcando recursos hacia la producción de este tipo de armas mientras nos asomamos a una gran crisis con consecuencias sanitarias, alimentarias y climáticas para la que nunca es mucho lo que se pueda invertir», lamentó en esa dirección.
«La guerra es la señal más clara de inhumanidad. Hoy, al pedir en nombre de Dios que se ponga fin a la locura cruel de la guerra, considero además a su persistencia entre nosotros como el verdadero fracaso de la política», sostuvo Jorge Bergoglio.
Para el Papa, «la guerra en Ucrania, que acercó a las conciencias de millones de personas del centro de Occidente la cruda realidad de un drama humanitario que se daba ya hace tiempo y en simultáneo en varios países, nos mostró la crueldad del horror bélico».
«Hoy asistimos a una tercera guerra mundial en pedazos, pero que amenazan con hacerse cada vez más grandes hasta tomar la forma de un conflicto global», advirtió.
Según Francisco, además, «no hay ninguna ocasión en la que una guerra pueda considerarse justa».
«No hay jamás lugar para la barbarie bélica. Menos aún cuando la contienda adquiere uno de sus rostros más injustos: el de las supuestas guerras preventivas», sostuvo y agregó que «la historia reciente nos dio ejemplos, incluso, de guerras manipuladas, en las que se crearon falsos pretextos y se manipularon evidencias para justificar ataques a otros países».
«Por eso pido a las autoridades políticas que pongan freno a las guerras en curso y que no manipulen la información o engañen a sus pueblos para la consecución de objetivos bélicos», enfatizó.
«La guerra nunca está justificada. Porque jamás será una solución: basta pensar el poder de destrucción de los armamentos modernos para imaginar los altos riesgos de que una guerra desencadene conflictos mil veces mayores a la supuesta utilidad que le ven algunos», lamentó.
Por otro lado, en el capítulo del libro dedicado al rechazo a la guerra, el Papa afirmó que «más allá del problema del comercio internacional de armas que se destina a guerras y conflictos, no deja de preocupar la creciente facilidad con la que en muchos países se accede a las armas denominadas «de uso personal», por lo general de bajo calibre pero a veces también rifles de asalto o de gran potencia.
«¿Cuántos casos hemos visto de niños muertos por manipular armas en sus casas, cuántas masacres se han perpetrado por el fácil acceso que hay en algunos países?», se preguntó.