Para Trabajo asoman Carlos Tomada y Marcelo Bellotti. En el Ministerio de las Mujeres, Gabriela Cerruti y Marita Perceval. En Desarrollo Social, Tolosa Paz, aunque está la opción de Ariel Sujarchuk
Luego de las renuncias de los ministros Claudio Moroni (Trabajo), Elizabeth Gómez Alcorta (Mujeres, Géneros y Diversidad) y Juan Zabaleta (Desarrollo Social) se activó la danza de nombres de posibles reemplazantes.
Para la cartera de Trabajo el que suena más fuerte es el actual embajador argentino en México, Carlos Tomada, quien se desempeñó en el cargo durante tres mandatos consecutivos entre 2003 y 2015.
En el kirchnerismo ven con buenos ojos su nombramiento, aunque también suenan el secretario de Trabajo, Marcelo Bellotti, y el ex gobernador en Chaco y actual embajador argentino en Paraguay, Domingo Peppo.
Para el Ministerio de las Mujeres el primer nombre que empezó a circular con fuerza fue el de la vocera presidencial Gabriela Cerruti, aunque los rumores también apuntan a la ex senadora nacional de Mendoza María Cristina Perceval, que se desempeña actualmente como secretaria de Políticas de Igualdad y Diversidad en la cartera que conducía Gómez Alcorta.
Como sustituto de Zabaleta, quien apenas duró un año y dos meses en el cargo, la primera mencionada es la diputada nacional Victoria Tolosa Paz, quien fuera hasta el 10 de diciembre pasado la presidenta del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales, por lo que tiene expertise en Desarrollo Social.
El otro nombre que da vueltas en la consideración del presidente Alberto Fernández es el del secretario de Economía del Conocimiento, Ariel Sujarchuk.
El nombramiento de éste supondría intercambiar a un jefe comunal por otro en Desarrollo Social, teniendo en cuenta que Sujarchuk es intendente en licencia de Escobar, al igual que Zabaleta, que volverá a ser la máxima autoridad ejecutiva de Hurlingham.
LOS NOMBRES EN DANZA PARA REEMPLAZAR A LOS MINISTROS RENUNCIANTES
Las dimisiones de Moroni, Gómez Alcorta y Zabaleta, se dieron por distintos motivos, aunque el factor común es que se produjeron en el marco de la crisis de la coalición gobernante.
Mientras que Moroni alegó «cuestiones personales», lo cierto es que su salida se aceleró a partir del recrudecimiento de las críticas en su contra por la forma fallida en que intervino en el conflicto de los trabajadores del neumático, que se alargó mucho más de la cuenta.
El ministro de Desarrollo de la Comunidad, Andrés «Cuervo» Larroque fue el vocero designado por La Cámpora para apuntar contra Moroni, a quien prácticamente acusó de montarse en un dispositivo discursivo anti trabajadores.
En el caso de Gómez Alcorta la incomodidad que venía vivenciando en el cargo llevaba ya largos meses por los cuestionamientos de algunas organizaciones de la sociedad civil, pero la gota que rebalsó el vaso para la presentación de su «renuncia indeclinable» fue definitivamente la represión en Lago Mascardi llevada a cabo por fuerzas federales al mando del ministro de Seguridad, Aníbal Fernández.
Según expresó la primera ministra de las Mujeres de la historia argentina, en el operativo «se pasó un límite» y se cometieron «violaciones evidentes a los derechos humanos» de mujeres (una de ellas embarazada) y niños, desalojados, detenidos e incomunicados, además de denegados sus pedidos de excarcelación.
«Los hechos de público conocimiento desatados en Villa Mascardi por el desalojo ordenado contra la comunidad Lafken Winkul Mapu, en el que se produjeron detenciones de mujeres y niñxs con participación de fuerzas federales, me resultan incompatibles con los valores que defiendo como proyecto político”, argumentó Gómez Alcorta en su carta de renuncia dirigida al presidente Alberto Fernández y al jefe de Gabinete, Juan Manzur. La Cámpora emitió un comunicado expresando casi al pie de la letra los fundamentos de la ex ministra.
El paso al costado de Zabaleta obedece a motivaciones de otra índole, que tienen que ver con la proximidad de las elecciones y su necesidad de conservar el liderazgo en su pago chico, Hurlingham, ante las apetencias de La Cámpora de jugar con candidatos propios en ese distrito.