Se trata de Ales Bialiatski de Bielorrusia, la organización rusa de derechos humanos Memorial y la organización ucraniana de derechos humanos Center for Civil Liberties
El premio Nobel de la Paz 2022 fue otorgado este viernes en Oslo al bielorruso Ales Bialiatski, a la organización de derechos humanos rusa Memorial y al Centro para las Libertades Civiles de Ucrania.
Fueron galardonados por su labor en proteger los derechos fundamentales de los ciudadanos y demostrar la importancia de la sociedad civil en la construcción de la paz y la democracia, informó el Comité del Nobel.
Los laureados representan, puntualizaron desde el Comité, a la sociedad civil de sus países de origen y “han promovido durante muchos años el derecho a criticar el poder y proteger los derechos fundamentales de los ciudadanos”.
Muchos verán el premio como una condena al presidente ruso, Vladimir Putin, que celebra su 70 cumpleaños el viernes, y al presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, lo que lo convierte en uno de los más polémicos políticamente en décadas, indicó la agencia de noticias Reuters.
“Este premio no va dirigido contra Vladimir Putin, ni por su cumpleaños ni en ningún otro sentido, excepto por el hecho de que su gobierno, como el gobierno de Bielorrusia, representan un gobierno autoritario que reprime a los activistas por los Derechos Humanos”, aclaró la presidenta del comité Nobel noruego, Berit Reiss-Andersen.
"The Norwegian Nobel Committee wishes to honour three outstanding champions of human rights, democracy and peaceful co-existence in the neighbour countries Belarus, Russia and Ukraine." Said Berit Reiss Andersen at the announcement today.
— Nobel Peace Center (@NobelPeaceOslo) October 7, 2022
El Comité destacó el esfuerzo “extraordinario” de estas dos organizaciones y del activista por “documentar los crímenes de guerra, los abusos de los derechos humanos y el abuso de poder”.
El Comité Noruego del Nobel realzó que, con este galardón, se pone en relieve a “tres destacados campeones de los derechos humanos, la democracia y la coexistencia pacífica en los países vecinos Bielorrusia, Rusia y Ucrania”.
Según el Comité, Ales Bialiatski fue uno de los iniciadores del movimiento democrático que surgió en Bielorrusia a mediados de la década de 1980. ”Ha dedicado su vida a promover la democracia y el desarrollo pacífico en su país natal”, afirmó.
El premio, el primero desde la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero, tiene ecos de la era de la Guerra Fría, cuando destacados disidentes soviéticos como Andrei Sakharov y Alexander Solzhenitsyn ganaron premios Nobel de paz o literatura.
“El Comité Noruego del Nobel desea honrar a tres destacados campeones de los derechos humanos, la democracia y la coexistencia pacífica en los países vecinos, Bielorrusia, Rusia y Ucrania”, continuó Reiss-Andersen.
Pidió a Bielorrusia que liberara a Byalyatski de la prisión y resaltó que el premio no estaba en contra de Putin: “Siempre damos el premio por algo ya algo y no contra alguien”, remarcó.
En julio del año pasado, la policía de seguridad de Bielorrusia allanó oficinas y casas de abogados y activistas de derechos humanos, deteniendo a Byalyatski y otros en una nueva campaña contra los opositores de Lukashenko.
Las autoridades habían tomado medidas para cerrar los medios de comunicación no estatales y los grupos de derechos humanos después de las protestas masivas de agosto anterior contra unas elecciones presidenciales que, según la oposición, estaban amañadas.
Caracterísiticas de la distinción
El Premio Nobel de la Paz, valorado en 10 millones de coronas suecas, o unos 900.000 dólares, se entregará en Oslo el 10 de diciembre, aniversario de la muerte del industrial sueco Alfred Nobel, quien fundó los premios en su testamento de 1895.
“Los laureados del Premio de la Paz representan a la sociedad civil en sus países de origen. Durante muchos años han promovido el derecho a criticar el poder y proteger los derechos fundamentales de los ciudadanos”, comunicó el Comité Noruego del Nobel en su cita.
Y añadió finalmente: “Han realizado un esfuerzo extraordinario para documentar los crímenes de guerra, los abusos contra los derechos humanos y el abuso de poder. Juntos demuestran la importancia de la sociedad civil para la paz y la democracia”.