Info General

Coleccionar para vivir: un hobby que genera emociones, conocimientos y nuevos vínculos


Conocé a Martín Di Prinzio, quien encontró en esta actividad algo más que un hobby. "Es un pasatiempo que genera emociones y conocimientos", dijo

Por Sofía Dalonse – EQC Noticias / CLG Noticias

En la cotidianeidad, coleccionar suele considerarse como un simple pasatiempo. No obstante, excepcionalmente, hay quienes lo conciben como un estilo de vida.

Martín Di Prinzio es coleccionista por excelencia. Apasionado como pocos, encontró en esta actividad algo más que un hobby. Para él, coleccionar se transformó en un incentivo diario para crear, aprender, conectar con el pasado y generar nuevos vínculos.

El arte de coleccionar

Buscar una definición de «coleccionista» suele ser convencional y básica: se trata de una persona que colecciona objetos. Ahora bien, la complejidad surge si puede plantearse esta actividad como un arte.

«La respuesta causa controversia entre las personas que se dedican con rigurosidad y entrega a coleccionar. No solamente es recopilar objetos diversos Si no también implica pensar a futuro ¿qué será de mi colección el día que ya no esté en este mundo? ¿Terminará en la basura o en museo?», planteó Di Prinzio. Según su concepción, el coleccionismo es un «pasatiempo que genera emociones y conocimientos. Cada colección depende de la afición que cada coleccionista le dedique. Algunos pueden centrarse en algo particular que tienen los objetos y su significado, o simplemente verlos como una forma de inversión».

¿Coleccionar puede transformarse en un emprendimiento?

«Existen tantas respuestas a esta preguntan como coleccionistas en el mundo», expresó Di Prinzio y destacó que existen tres tipos de perfiles.

En principio, se refirió a coleccionistas de alto perfil como Jean Paul Getty: «Fue uno de los primeros en el mundo con una fortuna superior a los 1000 millones de dólares. Ávido coleccionista de arte y antigüedades, su colección y su mansión de Malibú fueron la base del Museo J. Paul Getty en California. Getty veía en el coleccionismo de arte una forma de inversión».

En otra categoría, se encuentran los coleccionistas de mediano perfil o también llamados oportunistas: «Son los que más abundan en nuestros días, frecuentan las ferias stand por stand buscando objetos a bajo costo para sumar a su colección y, eventualmente, revenderlos a un precio mayor. Generalmente son colecciones ligadas a lo nostálgico más que a lo económicos. Muchas de ellas son juguetes y figuras de acción de los 70`, 80`y 90`, autos a escala, artículos deportivos, etc.»

Y finalmente, se refirió a los de bajo perfil: «Usualmente su colección tiene un origen casual, muchas veces son heredadas por un familiar o amigo cercano. Habitualmente recibe donaciones de quienes lo conoce y sabe que atesora estos objetos. Billetes y moneadas antiguas, estampillas, cajas de fósforos, frascos de vidrio antiguos, etc. El valor es afectivo y no económico».

En este sentido, sostuvo que el coleccionismo «es un arte que depende de diversos factores, tales como la entrega y dedicación del coleccionista, así como la finalidad para la cual se colecciona».

Coleccionar para vivir

Desde un principio, Di Prinzio sintió el nexo de esta afición con el pasado, por lo que casi siempre buscó coleccionar recuerdos, es decir, objetos que permitieran rememorar algún momento especial de su vida.

«Comencé mi colección de figuras de acción de los 80 y 90 con un personaje de goma que venía con unos alfajores, me recordaba momentos de la infancia y conseguirlos nuevamente era como volver a ella», expresó.

Asimismo, contó que esta pasión surgió en una instancia particular de su vida: «Me había separado y me iba a vivir solo en una casa donde no tenía en ese momento ningún vínculo afectivo y cuando empecé con esto de coleccionar, llené las paredes de recuerdos y buenos momentos, de vivencias con mis hermanos y amigos, fechas y anécdotas que fueros importantes».

Por otra parte, destacó la importancia de esta actividad para gestar vínculos: «Encontré un grupo social, gente con quien poder compartir y conversar de un tema en común, que si bien parece frívolo, toca una faceta intima pero no personal».

Y añadió: «Genera interés sin importar la clase social ni el nivel de educación, podemos estar hablando horas y horas de personajes, juguetes, series y salir de los temas comunes que tocamos a diario y que tanto nos afectan o dividen como política, inseguridad, economía o fútbol; nadie se va a sentir excluido porque todos podemos opinar y ser por un rato un grupo de amigos que la está pasando bien».

En este sentido, señaló que este espacio de encuentro tiene la particularidad de que sus integrantes pueden «sentirse cómodos en un grupo de extraños».

Un ámbito donde comparten experiencias, cualquiera se puede sentir experto, las opiniones son respetadas y se tratan estos temas que salen de la rutina: «Con muchos no nos conocemos personalmente pero hemos hablado por WhatsApp, se puede dialogar sin prejuicios ni obsesiones y es muy difícil que pueda haber choques o diferencias».

Al concluir destacó la connotación emocional que representa esta afición en su vida: «Permite conectarme con anécdotas, momentos y personas, muchas de ellas ya no están. Genera muchos recuerdos y emociones. Es una forma de vida, me vincula con una parte de mi forma de ser que no exteriorizo demasiado, un lado íntimo», cerró.