Por José Odisio
Por José Odisio
Esperar o no, esa es la cuestión. Ignacio Astore parece estar decidido a aguardar por alguno de los entrenadores que son de su gusto y no meter un manotazo de ahogado del cual arrepentirse después. Pero esa paciencia que necesita mueve su aguja a favor o en contra de acuerdo a los resultados. Y ese margen amplio que le otorgaron los tres primeros triunfos del interinato, se acortó con dos derrotas en fila.
Astore se encuentra frente a una decisión compleja. Y si bien parece firme y convencido que es mejor esperar por Sava, Zielinski, Munúa o el Cacique Medina, deberá estar preparado para bancar las criticas o y los reclamos si los resultados no acompañan en este ‘mientras tanto’ de siete fechas.
Elegir un técnico no es sencillo. La disponibilidad no es amplia. Y muchos prefieren esperar por otras alternativas. Si Boca, con historia y billetera, experimentó con Battaglia e Ibarra consecutivamente, qué se puede esperar para el resto, con menos margen económico, planteles más acotados y una Rosario que tiene mala prensa como ciudad. En ese laberinto, Astore encontró guiños en los sondeos de sus preferidos. ¿Por qué no esperar?
Lo que sí deberá revisar Astore es la metodología de trabajo desde lo físico. Cualquiera sea el técnico que venga, si repite lo hecho por Sanguinetti desde la preparación, encontrará un equipo que corre pero luego se rompe. Y con planteles sin tanto margen, es un riesgo que se debería evitar. Mucho más si Newell’s consigue el objetivo de ingresar a una Copa, lo que cargará mucho más el calendario.
Festejar que no hay parte médico como si fuera un gol no es lógico. Aunque el resultado final sea terminar entre los diez mejores. En realidad el método no es tan malo, lo que se necesita es aprender de lo sucedido y ajustar. Y eso deberá hacerlo el próximo DT, cuando Astore lo defina.