Opinión
Política y Economía

Inflación, tasas y presentación del presupuesto: lo más importante que dejó la semana


Por Diego Añaños

Siete por ciento, ése es el número. Finalmente se conoció el número de la inflación de agosto. Después del pico del 7,4% de julio, la inflación del mes pasado bajó un octavo de cambio, pero aún está en el podio de las más altas del año. Un dato previsible, pero preocupante a la vez. Previsible porque era imposible, simplemente por una cuestión de inercia, que el frenazo fuera más pronunciado. También previsible porque la mayoría de los analistas ya habían proyectado algún número por encima del 6%, aunque pocos imaginaban un 7. Preocupante porque la deriva con respecto a las expectativas del gobierno ya es muy grande. Martín Guzmán había asegurado que, dado que el gobierno tomó la decisión de concentrar el mayor tramo de la devaluación en los tres primeros meses del año, la inflación se mantendría alta hasta abril, pero que luego debería empezar a frenarse, convergiendo progresivamente hacia el 4% y bajando. Pues bien, no ha bajado del 5% desde entonces. 

El Banco Central, sigue intentando utilizar la tasa de interés de referencia como ancla antiinflacionaria, sin éxito, claro. Según anticipan los principales agentes financieros, el alto número registrado en agosto, impulsará al Central a continuar en la senda de aumento de las tasas de plazos fijos, que se ubicaría ya en torno al 100% anual efectivo. Ni Guido Sandleris se atrevió a tanto. Lo hemos dicho en más de una oportunidad, cuando la autoridad monetaria fija las tasas en niveles estratosféricos está comunicado públicamente que está en serios problemas. Como sucedió en su momento durante la presidencia de Mauricio Macri, el Banco Central intenta desactivar una bomba construyendo otra. Hoy el volumen de los pasivos remunerados de la institución (LELIQs y pases) representa casi una vez y media la base monetaria. Es cierto que todavía está alrededor de un 20% por debajo del récord de marzo de 2018, pero no para de crecer. 

En un intento de abordar la escalada de precios, Sergio Massa y Matías Tombolini se reunieron hace un par de semanas con representantes de seis de las empresas fijadoras de precios de la Argentina. Asistieron al encuentro las nacionales Mastellone, Arcor y Molinos Río de la Plata, y las multinacionales Quilmes, Procter&Gamble y Unilever. El ministro de Economía trazó un panorama general, y luego el Secretario de Comercio Interior abordó cada uno de los casos puntuales. Lo que Tombolini reclamó, fundamentalmente, es un compromiso de moderar las remarcaciones, de modo de garantizar que los precios de los alimentos y bebidas vayan por debajo del índice general de precios, y paralelamente garantizar el abastecimiento. Desde la secretaría vienen siguiendo los aumentos y ya detectaron que no se corresponden realmente con los incrementos de los costos, por lo que Tombolini les pidió terminar con las picardías. “No hagan locuras”, les dijo el secretario.  

La preocupación por la inflación llegó incluso hasta Washington. La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, sostuvo que representa el principal problema de la economía argentina, y cuyos principales víctimas son los más pobres. Las declaraciones se inscriben en medio de un verdadero tsunami de piropos para Sergio Massa. La titular del Fondo, no ahorró en elogios, y por momentos pareció demasiado. Destacó la fortaleza del equipo que acompañó al ministro (dijo sentirse impresionada), poniendo especial énfasis en la importancia de la presencia del presidente del Banco Central, Miguel Pesce, en la reunión que mantuvo con los funcionarios argentinos. Además, se mostró complacida por la predisposición del equipo negociador argentino a seguir trabajando con el FMI, a la vez que afirmó que salió de la reunión con la impresión de tienen un socio con el cual trabajar (la pregunta que quedó en el aire es: antes ese socio no estaba???). En el comunicado oficial del organismo dice textualmente: “Recibí con beneplácito su fuerte compromiso e impulso para lograr las metas -que se mantendrán sin ser alteradas- y los concluyentes avances logrados en áreas fundamentales”. Si bien el tigrense no pudo traerse de Washington el anuncio de la aceptación de la revisión del segundo trimestre del año, es casi un hecho que se pasará sin problemas. 

Para ir cerrando. El jueves el gobierno, como todos los 15 de septiembre, presentó el presupuesto 2023. Luego de su llegada a la Argentina el martes por la mañana, Sergio Massa dedicó las horas que le quedaban a ultimar detalles de la Ley de Leyes. Lo hizo con el antecedente del rechazo del año anterior, y en el medio de amenazas por parte de la oposición de no avalarlo en caso de que se incluya suba de impuestos. Proyecta una inflación del 60%, un crecimiento del 2% y un dólar promedio de $219, con una cotización de $269 para fin de año.