"La brecha productiva, que es la diferencia de rendimiento que existe entre lo que los productores obtienen de sus cultivos y lo que podrían obtener, es fundamental para el sector agropecuario", señaló a Télam Agustín Barberis, director ejecutivo de Agrology
Por Leandro Selén – Télam
La digitalización de la actividad agropecuaria se aceleró en estos últimos años y permitió la aparición de nuevas tecnologías que le permiten al productor alcanzar mejores rendimientos, automatizar el registro de operaciones de toda la cadena comercial, intercambiar información con otros productores y acceder a financiamiento de distribuidores y proveedores para insumos y servicios.
Palabras como «plataformas digitales», «big data», «bot» o «inteligencia artificial» ya no son ajenas al productor agropecuario que acude a ellas para aplicar procesos más eficientes, generar mayores contratos y liquidaciones, financiarse a mejores tasas y plazos, y operar en forma integrada.
«La brecha productiva, que es la diferencia de rendimiento que existe entre lo que los productores obtienen de sus cultivos y lo que podrían obtener, es fundamental para el sector agropecuario», señaló a Télam Agustín Barberis, director ejecutivo de Agrology, la primera comunidad digital del agro en la Argentina.
El ejecutivo explicó que «la respuesta para achicar esa brecha es la aplicación de tecnología que redunda en procesos más eficientes y un aumento del rendimiento del 30% o 40%».
«Cuando hablamos de brecha no estamos comparando como objetivo rindes de laboratorio o microparcela con rindes en campo a cielo abierto en extensión, sino que estamos discutiendo cómo ayudar a los productores que están en los percentiles inferiores de rendimiento a que, en su misma zona y mismos suelos, aplicando determinadas prácticas y tecnologías, logren aumentarlo», indicó Barberis.
Según los datos de Agrology, las brechas de rendimientos pueden llegar hasta ocho toneladas en cultivos como el maíz en zonas como La Pampa, Buenos Aires y Córdoba, con lo que se puede duplicar la producción.
Barberis remarcó la importancia del «uso de plataformas digitales que permiten evaluar y comparar indicadores en tiempo real, como también la utilización de la robótica o la inteligencia artificial para sacar el máximo provecho de cada campaña».
Así subrayó que «los productores deben manejar ‘big data’ (macrodatos) para tomar mejores decisiones: precio de venta, rendimientos, costos, comercialización de granos, entre otras cuestiones», porque afirmó que «esto les permitirá tener una perspectiva amplia para mirar todo el ecosistema productivo y tomar el mejor camino en términos de negocios».
Reconocida por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) como una de las diez startups agtech más innovadoras de latinoamérica, Agree es una empresa que busca facilitar el acceso a capital a través de conectar a proveedores de productos y servicios, red de distribuidores y productores.
«La digitalización no es sólo agilizar tiempos y eficientizar la comunicación. Es por sobre todo generar un entorno seguro y confiable que ayude a todos a tomar decisiones más informadas, entendiendo qué es relevante para cada una de las partes», afirmó a esta agencia el director de Producto de la compañía, Sebastián Miret.
La plataforma permite elegir en simultáneo distintas opciones de monedas, garantías y plazos para la financiación de insumos, seguros y servicios agropecuarios a través de un proceso totalmente digital.
Para acceder al crédito, debe elegirse el proveedor con el que se desee operar y el monto a financiar, ingresar a la plataforma y solicitar el crédito, y una vez aprobado, los fondos se depositan en la cuenta del proveedor.
Por su parte, el director ejecutivo de Finnegans, Blas Briceño, destacó a Télam que «el agro viene viviendo un proceso de digitalización muy fuerte», y puntualizó que los desarrollos producidos para el sector «generaron gran eficiencia operacional».
Al respecto, puso como ejemplo que «a partir de la integración de información electrónica y de un bot, es posible automatizar el registro de las operaciones de la empresa en toda la cadena comercial de granos, un proceso que normalmente es denso y burocrático».
«Básicamente se consigue velocidad, simplicidad y eficiencia para la coordinación de tareas como certificados de depósito, liquidaciones primarias y contratos de granos, gestión de cupos, cartas de porte y fijaciones de precio».
En la misma línea, el director ejecutivo de Humber, Juan José Debuchy, afirmó a esta agencia que «el desafío más grande de la digitalización hoy en día está en el sector agropecuario». Y explicó que se trata de «poder integrarse con otras plataformas para que al productor realmente le termine siendo más sencillo toda la operación».
«Como por ejemplo, que una cosechadora se integre con el sistema contable, con la AFIP, con las órdenes de carga», indicó Debuchy, quien remarcó que el objetivo es «que el productor no tenga que cargar la misma información varias veces en un lugar, sino que las que aplicaciones que use estén integradas entre ellas y pueda ser un flujo entero de punta a punta. Es decir, que pueda hacer una operación usando dos o tres plataformas pero que él nunca se entere que pasó de una plataforma a la otra».
El ejecutivo de la plataforma digital que conecta a productores agropecuarios con transportistas de carga subrayó que todavía «hay una cuestión generacional de animarse a probar cosas nuevas» por parte de los productores agropecuarios, y consideró que «tienen que madurar el segmento y los productos para que en un tiempo la digitalización sea una realidad».