Carola Labrador recordó con dolor a su hija a poco de cumplirse un nuevo aniversario del día en que fue secuestrada y luego asesinada en Hurlingham
Por Ramón González / Télam
Carola Labrador, madre de Candela Sol Rodríguez, recordó con dolor a su hija a poco de cumplirse 11 años del día en que fue secuestrada y luego asesinada en el partido bonaerense de Hurlingham, y afirmó que seguirá “honrando su nombre en lo más alto”.
La mujer dijo que mientras la recuerda, se prepara para enfrentar el segundo juicio que se realizará por el secuestro y asesinato, y que esta vez tendrá en el banquillo de los acusados al narcotraficante Miguel Ángel “Mameluco” Villalba (56); al ex policía bonaerense Sergio Chazarreta (52); al sindicado “informante” de la policía Héctor “El Topo” Moreyra (50) y al carpintero Néstor Altamirano (59), a quien se le atribuyen haber alimentado y cuidado a la niña en cautiverio.
En el llamado juicio “Caso Candela II” se busca condenar a los “partícipes necesarios” de la “privación ilegítima de la libertad coactiva seguida de muerte” de Candela (11), luego de que en un primer debate realizado en 2017 fueron condenados Hugo Bermúdez (60), Leonardo Jara (40) y Fabián Gómez (46), los dos primeros a prisión perpetua como “coautores” del hecho y el último a 4 años como “partícipe secundario”.
Fuentes judiciales adelantaron a Télam que el 29 de agosto está prevista la última audiencia de presentación de pruebas, en la que se fijará la fecha del segundo debate.
“Me tengo que preparar para el juicio que se viene. Los años que pasaron no cambian para nada el dolor que siento como madre”, expresó Labrador en diálogo con esta agencia.
Sobre este nuevo aniversario del hecho, la madre de Candela dijo que la recordarán “como todos los días que pasan” y que en familia le realizarán “un lindo homenaje para seguir honrando su nombre bien alto”.
Al respecto, el domingo 28 de agosto llevarán a cabo una “misa de conmemoración de nuestros ángeles” en la parroquia Virgen de la Esperanza, ubicada en la calle Arribeños 2466 de Hurlingham.
“La vamos a recordar con una misa en su nombre. Van a estar todas sus amiguitas y compañeros de escuela, y mucha gente del barrio porque Cande era y seguirá siendo Cande en todo el país”, afirmó Carola.
Y agregó: “Éste año va ser difícil para mí porque el año pasado, en la misma fecha en que se cumplía un nuevo aniversario, perdí a una hermana. Tenía cuarenta años, es muy difícil, ahora tengo que dedicarme a cuidar a mis sobrinos, es muy duro.”
Al ser consultada sobre sus expectativas para el segundo juicio, dijo que “tiene que haber más culpables por lo que le pasó a mi hija” y que sigue “buscando justicia para ella”.
“Cande y yo fuimos muy agraviadas, eso nos hizo muy mal, pero hay que seguir adelante. Quiero finalizar con todo para después poder irme a vivir a mi Córdoba querida. Yo siempre le digo a Cande al mirar al cielo, ‘honraré tu nombre´. Creo que lo estoy logrando”, concluyó Labrador.
El segundo debate por el crimen de Candela estará a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 6 de Morón, integrado por los jueces Alejandro Rodríguez Rey, Andrea Biarzi y Cristian Toto.
La acusación la impulsará el fiscal Mario Ferrario, de Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 3 de Morón, y sólo “Mameluco” Villalba llegará detenido al debate, ya que actualmente está preso en el penal de Rauson, donde cumple una condena por narcotráfico.
En el primer juicio se determinó mediante pruebas de ADN que Candela, secuestrada el 22 de agosto de 2011 cuando iba a encontrarse con amigas para ir a una reunión del grupo de scouts al que pertenecía, estuvo cautiva en una vivienda situada en la calle Kiernan 992, de Villa Tesei, partido de Hurlingham.
Además, los peritajes confirmaron que el 28 de ese mes el ahora condenado Jara hizo un llamado extorsivo con un mensaje dirigido a la madre de Candela en el que dijo: “Hasta que esa c… no devuelva la guita no la va a ver nunca más, que le pregunte al marido dónde dejó la guita”.
Finalmente, el 31 de ese mismo mes, el cuerpo de la niña apareció adentro de una bolsa, al costado de la colectora de la Autopista del Oeste, a unas 30 cuadras de su casa.
En el primer juicio, “Mameluco” Villalba declaró como testigo, al tiempo que “Topo” Moreyra y el carpintero Altamirano estuvieron presos en un comienzo de la investigación, entre 2011 y 2012, y luego recuperaron la libertad por falta de pruebas.