En diálogo con CLG, Luciana Luraschi, integrante de la ONG, analizó el panorama actual y llamó a la comunidad a insistir en el reclamo por la ley de humedales
Por Sofía Dalonse
Los incendios en las islas se convirtieron en este último tiempo en una de las problemáticas más preocupantes de la ciudad. La situación se torna cada vez más crítica y el conflicto persiste. En este marco, ambientalistas y diversas organizaciones se movilizan para frenar el humo en Rosario que genera graves consecuencias para los ciudadanos y el medioambiente.
Desde «El Paraná no se toca» aseguran que el panorama es «complejo, preocupante y absolutamente problemático». Así lo definió Luciana Luraschi, integrante de la ONG.
En diálogo con CLG, advirtió: «Es un panorama del horror, de devastación y ecocidio. Desde el 2020 se están prendiendo fuego ininterrumpidamente las islas y con ello se está diezmando la diversidad que los humedales albergan», manifestó.
Asimismo, sostuvo que la situación en Rosario y zonas aledañas es «caótica» y señaló que el humo se desplaza entre 80 a 100 km alrededor de la ciudad, según calma el viento. En este contexto, aseguró que la inoperancia del Estado es «absolutamente alarmante» y la reacción de las comunidades está «en consonancia» con esa ineficacia: «La marcha que se llevó a cabo en el Monumento fue multitudinaria. La gente estaba muy indignada, enojada, angustiada; fue un medidor de la temperatura de la sociedad en relación al hartazgo que producen estos temas por la repetición y la inoperancia de los políticos de turno de todas las provincias que se ven involucradas, como santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires».
Y continuó: «Sabemos que cuando hablamos de estas cuestiones se atraviesan los límites y hay que pensar que lo que pasa en un lugar repercute en otro y la ausencia de compromiso, no solamente de la política, sino también de la Justicia, es generalizada en estas provincias donde esta situación tiene sus responsables y no son juzgados ni penados por la ley».
En la misma línea, indicó que se sabe fehacientemente que los incendios son intencionales y desde «El Paraná no se toca» vienen denunciando sistemáticamente estas situaciones y las diversas irregularidades que se van produciendo, las cuales favorecen la aparición de otros problemas, como la caza furtiva; en el contexto de una bajante extraordinaria que a la vez acarrea una sequía. «Es un panorama complicado para los que nos preocupamos, y para los que no también», expresó Luraschi.
En este sentido, la ambientalista señaló que esto impacta negativamente sobre los ecosistemas de humedales, que son «reservorios de agua dulce mundial y tienen infinidad de beneficios ecosistémicos», por lo que destacó la necesidad de reafirmar el reclamo por una ley que permita «frenar este caos que involucra a todos» y que, según aseguró, viene «ininterrumpidamente cajoneada».
«Este 2022 cumplimos diez años y desde el inicio venimos peleando sistemáticamente por una ley de humedales y generando acciones en este sentido», destacó Luraschi y señaló que en este último tiempo se presentaron como querellantes de las causas de los incendios e impulsaron 15 proyectos de ley de los cuales no se obtuvo ningún resultado concreto.
Al respecto, dijo: «Este año, cuando se vuelve a levantar la voz y se vuelven a retomar intensamente los incendios, (Juan, ministro de Mwedioambiente) Cabandié junto con el COFEMA toman uno de los últimos proyectos que tenía el consenso de la sociedad civil, organizaciones ambientales, científicos que trabajan para las comunidades; y lo desguaza. Lo que queda es un proyecto que no cumple con los estándares de protección de humedales y sigue favoreciendo a los sectores económicos que son siempre los mismos y se llenan de dinero en perjuicio de muchísimas comunidades».
Y concluyó: «Hoy estamos en foja cero, por eso es importante que en esta cruzada nos sumemos todos porque no hay plan b, el planeta es uno solo y no hay viaje a la luna que salve a nadie».