Se trata de iguanas terrestres de la especie Conolophus subcristatus, que se han reproducido en la isla Santiago, donde 3.143 de estos especímenes fueron reintroducidos hace tres años
La isla de Santiago, una de las más grandes de las Islas Galápagos, en Ecuador, volvió a ver nacer después de casi dos siglos a varias iguanas terrestres, según reportaron el lunes expertos del Parque Nacional Galápagos.
Se trata de iguanas terrestres de la especie Conolophus subcristatus, que se han reproducido en la isla Santiago, donde 3.143 de estos especímenes fueron reintroducidos hace tres años con el objetivo de restaurar el ecosistema de la isla.
El equipo recorrió cerca de 36 kilómetros cuadrados y encontró nuevos individuos de varias edades, “lo que evidencia que esta especie se está reproduciendo exitosamente”, señaló el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica en un comunicado.
Las iguanas fueron evaluadas físicamente, se tomaron medidas de peso y talla, y los nuevos individuos fueron marcados para identificación posterior.
“187 años después volvemos a presenciar una población saludable de iguanas terrestres, con adultos, juveniles y neonatos en la isla Santiago”, dijo el director del Parque Nacional Galápagos, Danny Rueda.
Y aseguró que se trata de “un gran logro de conservación” que fortalece las “esperanzas de restauración de islas que se vieron severamente afectadas por especies introducidas”.
Según Luis Ortíz-Catedral, responsable de la expedición y asesor científico de la Dirección del Parque Nacional Galápagos, “la isla ya ha empezado a mostrar cambios positivos gracias a la distribución de las iguanas, ya que estas han abierto caminos, removido tierra y dispersado semillas”.
Entre los resultados figuran, por ejemplo, “cambios en la dinámica poblacional y mayor disponibilidad de alimento para otras especies endémicas, como gavilanes, que se verán en algunos años más”, dijo.
La restauración ecológica de la isla Santiago, una de las más grandes del archipiélago, inició en 2002 con la ejecución del “Proyecto Isabela”, de erradicación de cabras y cerdos.
Con el pasar de los años, el ecosistema se empezó a recuperar y ofreció las condiciones necesarias para albergar una población de iguanas terrestres, de la misma especie que la extinta localmente.