Familiares y amigos despidieron al adolescente este miércoles al mediodía. Mientras que hoy también se encontró un auto quemado y los investigadores creen que fue el usado en la balacera
Familiares y amigos le dieron el último adiós a Lucas Vega este miércoles al mediodía. Dos amigos del adolescente de 13 años que jugaba al fútbol en las inferiores de Rosario Central y que fue asesinado a tiros en una balacera ocurrida el lunes a la noche en Rosario, dijeron hoy que fue «una masacre» y que los asesinos se «confundieron de objetivo».
«Escuché los disparos. Estaba comiendo en mi casa y se escuchó un rafagazo increíble. Después fui a la esquina a ver qué había pasado y mi hermano estaba parado, agarrándose el pie y lleno de sangre. Después, lo vi a Lucas en el piso, fue horrible. Me marcó para toda la vida. Fue una masacre total», dijo al canal de noticias C5N Matías, amigo del futbolista Lucas Giovani Vega Caballero (13), y hermano de otro adolescente que fue herido en una pierna durante la balacera.
El ataque se registró la noche del pasado lunes cuando, cerca de las 23, en las calles Génova y González del Solar, del barrio Fisherton, en la zona oeste de Rosario, personas a bordo de un auto blanco pasaron y dispararon contra un grupo de cuatro adolescentes de entre 13 y 15 años, según informaron fuentes policiales.
Al respecto, Matías afirmó que vio al auto blanco instantes después del ataque, pero que no llegó a ver la patente ya que «estaba muy preocupado» por su hermano y «tenía miedo».
«Para mí fue por el dominio del territorio por el tema del narcotráfico y se confundieron. Ninguno tenía nada que ver», declaró.
A su vez, el adolescente precisó que su hermano está «fuera de peligro», aunque se lamentó ya que otro de sus amigos «está al borde de morir» producto de un impacto de bala.
«Me parte el corazón. Espero que se recuperen y que volvamos a estar juntos como antes», expresó Matías al borde del llanto.
En tanto, otro amigo de Vega, Agustín, manifestó tener «un dolor tremendo» por el fallecimiento del futbolista de 13 años y lo recordó como «un chico al que todos querían».
«Que pase esto nos provoca un dolor tremendo. Era un buen pibe, se cuidaba, jugaba a la pelota. Compartimos muchos momentos juntos. Quería ser futbolista, jugar en primera y jugar en la cancha de Central. Quería sacar a la mamá del barrio, ese era su mayor sueño. Messi, Neymar eran sus ídolos. Se inspiraba con ellos», detalló Agustín.
En ese sentido, Matías agregó: «Lucas era un crack jugando al futbol, siempre andaba con su pelota, lo amábamos. Fue una pérdida que hizo que nuestro corazón toque fondo».