Por José “Chino” Odisio
La mala racha se extiende. Seis partidos sin ganar, tres derrotas en fila, los números preocupan. Y si bien la posición en la tabla general entrega margen al trabajo de Sanguinetti, está claro que Newell’s debe reaccionar de inmediato.
Ni los más pesimistas podían imaginar que la ausencia de Macagno podía desestabilizar tanto al equipo. Había preocupación por Herrera, aunque pasaba más por lo personal, por lo que podía significar para el pibe tener un mal desempeño. Nadie imaginó que la defensa sufriera tanto el cambio. Perdieron confianza, están inseguros, se exponen más de lo habitual. Falla Lema, también Ditta. Ni hablar del resto. Newell’s perdió una de sus mayores fortalezas: la solidez defensiva.
A este bajón se le suma un problema que se vislumbraba cuando Newell’s ganaba y era líder, la falta de generación de jugadas de gol, y cuando eso mejora, como frente a Defensa, hay falencias en la definición. Juanchón y Panchito piden banco. A Sordo lo cortan apenas arranca. Los laterales aportan poco en ofensiva, los volantes menos. Y los refuerzos no juegan por lesión o escasa confianza del DT. Porque es incomprensible que Reasco, que costó 1,2 millones de dólares, o Ángel, por el que hubo que pagar 600 mil, tengan platea preferencial en el banco.
Newell’s corre, no se entrega, ese parece ser el único ítem donde se mantiene vigente. Pero no alcanza. Y Sanguinetti deberá resolver rápido el problema, porque el partido con Aldosivi por Copa Argentina empieza a tener un valor demasiado alto.