El titular del sindicato de Docentes (UDA) y miembro de la central obrera ratificó que la central obrera marchará “contra los formadores de precios”, y le marcó la cancha al Gobierno
La semana pasada la CGT confirmó que volverá a movilizarse el próximo 17 de agosto en la Plaza de los Dos Congresos. No será un paro general, sino una protesta contra “los formadores de precios”. No obstante, también representará una marcada presión para el Gobierno Nacional.
“La movilización es producto del estado en el que estamos viviendo los ciudadanos argentinos. Hay una situación de una complejidad absoluta en el campo social, económico, de la salud, de la educación. Es decir, no anda casi nada bien en el país, todo tiene dificultades”, aseguró Sergio Romero, titular de la Unión Docentes Argentinos (UDA) y secretario de Políticas Educativas de la CGT.
Como miembro de la “mesa chica” del sindicalismo, explicó que saldrán “en contra de los formadores de precios, pero también le vamos a decir al Gobierno que haga una lectura fiel y firme de la movilización”. Y apunto: “La mayoría de los trabajadores en la Argentina son pobres. No vamos a permitir que haya ajustes que sostengan la pobreza de nuestros trabajadores. Si sostener el plan económico implica pobreza, no quepa ninguna duda de que va a haber lucha”.
Será la primera vez que movimiento obrero unido se manifestará durante la gestión de Alberto Fernández, quien hasta el momento había contado con el respaldo cerrado de la CGT. “Algunos dirigentes sindicales hablan de ir en contra de los formadores de precios, sí, pero también hay que ir en contra de aquellos que tiene la obligación de corregir la política para beneficiar a los trabajadores”, remarcó Romero.
En ese sentido, hizo hincapié en la figura de Silvina Batakis. Entre otras medidas, la nueva ministra de Economía prometió seguir los lineamientos del acuerdo con el FMI, aumentar la presión tributaria y frenar el gasto público. “El peronismo da trabajo, no lo quita. Si ella viene por el ajuste y el despido de los trabajadores la vamos a combatir muy fuertemente”, anticipó el dirigente educativo.
Además, indicó que “se habla de una inflación para el mes de julio del 8%” por lo que “ya hay que empezar a abrir nuevamente paritarias. Ya, en lo inmediato. Si bien hay cláusulas de revisión en la mayoría de los acuerdos, va a haber que adelantarlas y en esto cumple un rol preponderante el Ministerio de Trabajo”. Y aclaró: “Hoy, un docente que se inicia en el sistema educativo argentino tiene un salario inicial de 60.000 pesos cuando una familia necesita de 105.000 para no ser pobre. Estamos casi más cerca de la indigencia que de la pobreza”.
Romero, por otro lado, también llamó a avanzar sobre el auxilio financiero de $35 mil millones para obras sociales que el Ejecutivo se comprometió a darle a la CGT pero que aún se encuentra en stand by: «Hubo promesas del Gobierno a través de sus distintas áreas de gestión que han sido incumplidas. El Gobierno tiene una deuda muy grande con el movimiento obrero y con los trabajadores. El peronismo tiene que girar 180° y empezar a pensar como Perón».